viernes, 16 de diciembre de 2011

LA ESPERANZA SOBRE TODO

Tiempo de Navidad, un corto paréntesis esta vez para el recogimiento y vuelta a los interrogantes, los miedos y la esperanza. Sobre todo a la esperanza quiero pensar. Un fin de año movido con unos políticos, los del PP, satisfechos con el reparto de cargos que Rajoy ha presentado y otros decepcionados.Pero para decepción la de Llamazares por la decisión de su partido: no será su portavoz en el Parlamento. Se queda de simple diputado y le sabe a poco: "Lo acato -dijo- pero no acepto ni me callo". El que tampoco se calla es Rubalcaba que airea su pequeñez y su ánimo rencoroso de auténtico perdedor como el personaje de segunda fila que siempre ha sido, al referirse a la investidura de Rajoy como presidente: "Ya va siendo hora, puede ser interesante o mejor, original". Y dicen que el de Solares es inteligente.

Por su parte el Rey en su puesto dando siempre una lección en la que resume, con un solo gesto,el sentir de la mayor parte de los españoles. Con el representante de Amaiur fue claro: la sonrisa la dejó para los que la merecían. Incluso hubo grados en el calor del encuentro por parte de don Juan Carlos según era cada cual. Con él, con el Monarca, la esperanza revive, conoce el camino a seguir, los modos y la manera de la andadura conveniente. El aprendizaje y el entrenamiento lo tuvo desde muy pequeño, sabe bandear los temporales y cuando hay que usar la energía necesaria. Lo ha demostrado siempre que ha sido necesario.

Ahora le toca a Rajoy estar a la altura exigida tan necesaria. Su historial le avala, pero a los problemas que España debe resolver y que posiblemente lo consiga, se unen los continentales: el euro que dicen tambaleante y todo el sistema en que se sustenta Europa que hace pensar en la necesidad de un cambio tan profundo que los de Bruselas son incapaces ni siquiera de intentar.

Y para terminar una crítica al nuevo Presidente al que también le llegó con el nombramiento el tiempo de soportarlas: antes de su investidura -lo que hace más incomprensible su actitud- se apresuró a falicitar al nuevo gobernador de Gibraltar por su triunfo electoral ¿Va a seguir Rajoy la misma política, vergonzosa me atrevo a calificarla, de Zapatero con respecto a la colonia? Si Castiella, tan duro en la reivindicación, se entera desde las alturas en que se encuentre, le lanza el chaparrón merecido, con truenos y relámpagos incluídos. Con rayos no que Rajoy acaba de empezar y debemos concederle la posibilidad del arrepentimiento o, al menos, de alguna explicación convincente. Que así sea.

domingo, 11 de diciembre de 2011

FUTURO IMPERFECTO

Ganó Rajoy y Zapatero sufrió el castigo merecido. Al del PP le aflora al rostro la satisfacción propia del ganador y así, con una sonrisa interna que se le adivina, se ha codeado, satisfecho, con los mandamás de Europa, aunque para empezar haya tenido que pasar por el aro de lo ya establecido y quedarse sin derecho al veto que pretendía vía Zapatero. Los números mandan y más si son los del Banco Central Europeo. Con ello, aceptando lo que exigen los que mandan entramos todos en un tunel cuajado de incógnitas del que desconocemos como se saldrá. El tinglado no parece seguro. Solo es seguro lo de siempre: el dominio de una nueva dictadura, especial por aceptada, que ahora sin más armas que la necesidad, impone el camino a seguir que en este caso será como siempre de penuria y sufrimiento para todos. Gran Bretaña no la acepta. ¿Se confunde Gran Bretaña? ¿Aciertan, acertamos los demás? ¿ Resistirá Europa con su euro y su incierto andamiaje económico con tantas vías de agua sin cerrar? ¿Merkel y Sarkozy se saldrán con la suya y consolidarán su dominio ya iniciado?´

Demasiadas incógnitas. Echemos mano de la sinceridad y preguntémonos lo que sin duda es fundamental: ¿Existe un sentimiento íntimo de comunidad entre los europeos de a pie o son solo las diferencias lo que nos caracteriza? Ese es español, aquel alemán a la vista está, el otro francés, porque en realidad la sinceridad se manifiesta en los enfrentamientos y en la competencia. Lo demás queda como simples componendas con lo que se disimulan esas competencias entre todos tan comprobables en el tira y afloja económico y comercial. A la postre unos campos de batalla a la moderna, sin tiros afortunadamente, pero en los que como siempre los países compiten. Así está la Europa de hoy, acaso un artificio en el que Alemania y Francia se imponen tratando de dominar a los demás. En realidad, un juego archiconocido a lo largo de la Historia. Cambian los nombres de los países según las épocas, continúa la intención.

Cada siglo dije en otro lado trae sus soluciones "salvadoras" para los problemas que se vienen arrastrando: meras intentonas que acaban -en el pasado siglo así fue- en fracasos sangrientos y terribles. Quizá ahora se intenta algo parecido aunque de manera no cruenta, menos visible, menos comprobable para la gente de a pie. Pero el intento, ¿artificio? ideado, como los anteriores, traerá (ya lo está haciendo) sufrimiento y penuria. El futuro pues, como siempre, se presenta muy incierto.