domingo, 28 de febrero de 2010

HISTORIA DE UN NO NACIDO

"Cancioncilla del niño que no nació". Fue un poema maestro, premonitorio el de Lorca. Conociéndolo puedo asegurar que a él, al niño de mi historia no le han "dejado sobre una flor/de oscuros sollozos de agua", aunque como el del poeta, tampoco nació y sus sollozos, que aún no había aprendido a expresar, no eran, no hubieran sido, de agua precisamente. Vio, sí, "la puerta de la luz" un instante, luego fue troceado, aplastado sin darle tiempo a saber lo que habría encontrado allí afuera donde la vida estalla con un azote de bienvenida. Tampoco supo de las alegrías de la Pajín, la Bibiana, sus abrazos animados con los aplausos de De la Vega y de Trinidad, (¡qué triste cuarteto esteril!) para celebrar alborozadas el haber conseguido en el Senado nada menos, que se hiciera legal y libre provocar sin cuenta ni medida "oscuros sollozos" al no nacido. Es decir permiso para cuartearle, aplastarle y tirarle a una basura higiénica no contaminante. Eso le pasó a la víctima de esta historia cuando ya la existencia se hizo forma y sus brazos ya servían "de remos " en su propia barca. Fue justo entonces cuando llegó el fin con la tortura, "¿quién taladró mi sueño?" pensaría acaso como el niño de Lorca. Fueron ellas y Zapatero, sobre todo él que lo promocionó hasta consentir la normas para abortar más avanzadas (¿) de Europa. También los Bonos, tantos, hipócritas y falsarios y los silencios cómplices y los votos necesarios de los Anasagastis y otros despreciables parecidos.

¿Quién taladró tantos sueños? podría preguntarse ante la suerte de abortos que se amontonarán enseguida. ¿Fueron únicamente sus madres quizá jóvenes inexpertas llevadas por los torcidos vericuetos de un árido adoctrinamiento muy progre? En cualquier caso las culpas se agigantan imparables hasta llegar a las por supuesto entristecidas residencias oficiales que ocupan los incitadores, los autores de tan estremecedora ley que avala, como un derecho, la provocación de la muerte. El asesinato legalizado.


Y muchos, tantos, dormirán tranquilos sin conmoverse como Lorca lo hizo adelantándose a los tiempos. Sólo se sabe de un teniente de alcalde de un pueblo de Sevilla, Montero es su apellido, que ha preferido seguir los pasos de su recta conciencia a los dictados impuestos de su partido.

jueves, 25 de febrero de 2010

DEL ROBO LEGAL

No codiciar los bienes ajenos. Ni siquiera codiciarlos, oiga, cuanto menos arrebatarlos, cosa que tantos hacen o lo intentan. Siempre ha habido ladrones es la verdad, unos son los necesitados a los que podemos disculpar al menos en parte, aunque no siempre se haga como ocurre todavía hoy en algún país musulmán donde le cortan a uno la mano por, tan sólo, robar una manzana. Luego están los profesionales. Los hay casi pacíficos podríamos decir, los simples carteristas que en todas partes han existido, en Madrid, por ejemplo, donde han llegado a constituir un tipo característico, folklórico incluso, personajes casi simpáticos que han aparecido en tantas comedias. Junto a estos, los más temibles, los ladrones ahora tan abundantes y tan peligrosos que roban bancos, domicilios y que aterrorizan de verdad. La justicia los persigue y la ley los condena. Nada que objetar. Otra cosa son los llamados ladrones de guante blanco en que el disimulo y las buenas maneras de que se disfrazan ocultan o tratan de que así sea, su perversión y su maldad. Todos hemos conocido a alguno que ha sido descubierto y puesto a buen recaudo, aunque casi siempre, digámoslo con claridad, sin soltar la pasta mal adquirida con la que se ha enriquecido y que la disfrutará al terminar los pocos años de su condena. ¿Por qué la Ley, los jueces en fin, aceptan esta tan injusta situación?.

Pero dejémonos de preguntas y vayamos a hechos porque hay más clases de ladrones, los que podrían calificarse de ladrones legales, los que se amparan en las leyes que ellos mismos promulgan casi siempre. ¿Se refiere usted a los políticos? A algunos, sí, es la respuesta. Quiero referirme a esos a menudo, tan sólo, unos paniaguados que con sonrisas, amigos y zancadillas se encumbran y dicen que tienen ideas a las que defender y, sobre todo de las que vivir en realidad. Hay ejemplos. En los periódicos se publican a veces estos desafueros que nadie ataja porque los que pueden hacerlo amoldan sus conciencias a lo conveniente para el gremio. Un sólo ejemplo como muestra; apareció en los periódicos, el tal Carod, el catalán que dice que Cataluña no es España, -pregunto ¿ni siquiera geográficamente?- y que de esa falacia vive, tiene su residencia o la tenía al parecer, algo alejada del centro de Barcelona, por lo que su gobierno (lo pongo con minúscula porque se refiere sólo al de Cataluña y porque es el suyo) le entrega mensualmente una elevada suma que une a su elevadísimo sueldo, para sufragar los gastos de transporte, lo que ya de por si sería de moralidad discutible. Pero es que luego, el español ese que no quiere serlo, realiza el viaje diario en el coche oficial que pagamos el resto de los españoles, con chófer y todo, o con mecánico como decían antes los más finos. Es decir, Carod roba, así de sencillo, y resulta además un robo millonario en verdad, aunque no sea más que por el número de afectados. ¿Cuantos hay como él? se sabe que muchos y, a veces, hasta se descubren como ha ocurrido en estos días con una "miembra" del partido inventor de este término tan malsonante.

Pero la idea del latrocinio se va devaluando muchas veces y pasa a la apropiación indebida en la consideración judicial, pero que sigue con el concepto del robo matizando toda su actividad. Y vayamos pasando a otras modalidades de usurpación, fijémonos en esos contratos en que el firmante pasivo, casi siempre atenazado por la apremiante necesidad, firma sin leer -no le da tiempo- "la letra pequeña", esa letra tan diminuta que en el reverso del documento, el prepotente concesionario de la "merced", ha estampado con una tinta desvaída que hace tan difícil de desentrañar. Líneas y líneas apretadas que encierran unas condiciones tantas veces leoninas preparadas para esgrimirlas con dureza en el momento oportuno, cuando la parte pasiva yace ya sin fuerza para defenderse con éxito. ¡Ay esas entidades poderosas tan dominadoras e insaciables, cuanto sufren cuando se ven obligadas a bajar los intereses a sus empobrecidos deudores, qué de tejemanejes inventan para resistirse a aplicar la norma!

¿Y que me dicen de Hacienda, la pública, la que mangonea el Gobierno, las Comunidades estas tan mal inventadas y los ayuntamientos? Todos ellos sí que exprimen a los indefensos ciudadanos dando fuerza de ley a los antojos de los políticos de turno que se convieten casi siempre en dictadores durante su mandato. Establecen lo que es justo en su opinión, sin posibilidad de protesta, aunque hay que decirlo, sus decisiones guardan un rastro de sinceridad. A esas decisiones las denominan impuestos. No mienten y esa imposición dura e inapelable, estruja un poco más al incauto ciudadano. La ley de la selva en fin, aunque con corbata y sobre el asfalto.

sábado, 20 de febrero de 2010

ENTRE EL DESMADRE Y LA HORTERADA

El Ministerio de Cultura ha autorizado una nueva clasificación de las películas atendiendo a las edades de sus posibles espectadores. Y aquí nació la polémica, porque según los periódicos
"Cultura califica aptos para mayores de 12 años los filmes con contenido sexual". La nueva norma ya está publicada en el BOE. Aquí comenzo la polémica.

Ni entro ni salgo porque casi no conozco de que va la cosa en realidad, sus matices y alcance en general, pero si hay que ponerse en guardia y estudiarlo. Porque con eso de la represión sexual, concepto del que tanto abusan en la actualidad los pedagogos más al día para condenarla, se ha pasado a una desnaturalización de la vida sexual, llevándola y mostrándosela así a los niños, como si se tratara a una mera gimnasia o simple cuestión de higiene, despojándola de toda su naturalidad y alejándola de su verdadero camino, una consecuencia que arranca, que nace con el amor. La dichosa educación sexual que ahora se brinda a la infancia, aún antes de que esa infancia la demande, por parte de esos progres que también tergiversan el concepto natural de la familia, lo hacen, parece, guiados por un afán de acabar con esos momentos infantiles en que se van descubriendo realidades de todo tipo. Con ello introducen a los niños a destiempo y de lleno en una madurez artificial y triste y terminan de esa forma, con la ilusión de ir abriéndose a tantos horizontes como la vida brinda a los menores.

Inculcan, sí, estos progresistas a la infancia de hoy una especie de la sexualidad mecanizada alejada del amor, su fundamento. El desmadre sexual llega también a las escuelas. La nueva España en fin.


HORTERADA MADRILEÑA

No sé si en la nueva Cataluña esa que nace -o muere- con el nuevo estatuto que el inoperante e inservible Tribunal Constitucioinal ni acierta a prohibir ni a aceptar, dejarían que su semana de la moda, si la tuvieran, pudiera denominarse "Fashion Week" como los horteras y acomplejados madrileños de la cosa, han bautizado a la que sólo, y era suficiente, se llamó desde su creación Pasarela Cibeles. Quizá, pienso ahora, la Generalidad sí lo permitiese, ya que al menos no está en castellano que es de lo que se trata.

Por otro lado viendo las mamarrachadas auténticas, risibles horribles, sorprendentes, que los jóvenes diseñadores presentaron como sus propuestas para el próximo otoño-invierno, pueden llamar a la muestra por lo que a mi respecta, como les parezca, en inglés, en japonés o en chino.

Sin embargo, observo que en la televisión a esa visión de la "fashion week" la siguen nombrando Pasarela Cibeles. Será que no saben idiomas o que la gente, en general y de manera espontánea corrige a tantos tontos como tratan de administrárnos la vida.

lunes, 15 de febrero de 2010

EL PACTO

Se ha dicho que en España lo que no hace el pueblo, sencillamente no se hace. En esto parece apoyarse la campaña que iniciarán las Cámaras de Comercio para intentar promover el optimismo económico y el consumo. Para eso lanzan el "estoloarreglamosnostros.or" como nombre en la página "web" (que yo pongo entre comillas, claro) Difícil lo va a tener la organización esa, además que parece que está por el medio el Banco de Santander, y ya se sabe, el "banco amigo" como se titula él mismo, no da un paso sin cobrarlo antes. En realidad como todos los bancos en fin.

Todo esto se me ha ocurrido por ese llamamiento tan necesario que ha vuelto a hacer el Rey a los partidos políticos y a todas las fuerzas sociales y económicas para alcanzar un pacto nacional que pare el deslizamiento cuesta abajo de nuestra Patria. A Zapatero le viene fenomenal esta petición de don Juan Carlos, ya que sería encontrar aliados con los que repartir sus fracasos. La culpa del desastre no es sólo del PSOE podrían decir entonces.

Sin embargo, tal pacto a quien en principio perjudica es al PP. Hacerse cómplice del fracaso no es lo mejor para él, sobre todo después de haberse sentido ninguneado y zaherido por Zapatero desde que alcanzó la presidencia. Fueron los de Zapatero unos ataques injustos nacidos de la ideológía trasnochada de un "rojo antiguo" en contra de los que veía como a la odiada derecha que salió victoriosa en la cruel Guerra Civil que todos han tratado de superar, menos él. Por eso se inventó lo de la Memoria Histórica.

Pero el PP, no obstante, debe, de nuevo, por enésima vez acaso, ofrecer su cooperación al Gobierno por el bien de España que en eso se fundamenta la petición real. Una cooperación ofrecida de manera adecuada, sobre todo recordando que como Zapatero afirmó, en economía la ideología a él le resultaba fundamental, lo que dificultará seguramente cualquier convenio. Por ello Rajoy debe no esbozar, sino ofrecer y publicar con toda la profundidad y extensión de que sea capaz, sus principios y su programa político esencial, desde el económico, al social, al educativo al de la organización de España como nación... Todo con la valentía y la rotundidad que sus electores desean para que desde esa su clara posición, ofrecerse a echar una mano a este Gobierno sin rumbo. Para que todos sepan -sepamos- cuál es su posición y ante el descalabro que pueda llegar -si desgraciadamente es así- salga airoso el PP sin ver hipotecado su futuro político más necesario que nunca si esa debacle que algunos temen llega a producirse.

Pero el PP, Rajoy, debe dar uno o muchos pasos más imprescindibles. Debe guarecer su espalda con gentes competentes que den confianza a sus seguidores. Muchos se alejaron o los alejó el propio Rajoy de los cargos importantes del partido. No creo que le hicieran sombra. Un Pizarro en economía sería un buen fichaje y más en la situación crítica en que se encuentra España. Cospedal y Santamaría como casi únicos apoyos cara al electorado, es poca cosa. Se necesita gente de más peso reconocido y los hay y Rajoy lo sabe. Que los atraiga de nuevo para dar solidez al partido.

Con todo, decimos, el pacto nacional será difícil de conseguir entre los dos partidos. Hasta se ha llegado a insinuar como un reproche con que aumentar los inconvenientes, que el Rey no ha llamado a Rajoy para hablar de ese pacto necesario. Pero es que el Rey no ha llamado a nadie para tratar de ese tema, a ningún partido. Sólo en estos días convocó a algunas personalidades diversas y a los Sindicatos como parece que hace a menudo y en esta ocasión fue para enterarse de primera mano del acuerdo que acaban de firmar con los empresarios.

El líder de CC.OO. ha reconocido que la idea del acuerdo con el PP debería haber partido del Gobierno, pero no lo ha hecho. Digamos que no se puede pedir peras al olmo. "Esta claro que no es posible continuar así", remató Toxo. La solución entonces serían unas elecciones anticipadas que el PP podría pedir. El "Financial Times", oráculo al que todos acuden, ya se preguntaba qué es lo que hacía Zapatero en la Moncloa si no puede asumir el liderazgo. Veamos como se desarrollan las cosas pasado mañana en las Cortes, Zapatero-Rajoy frente a frente.

sábado, 13 de febrero de 2010

LOS ADELANTOS DE LA CIENCIA

Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. La frase es ya popular. Adelantan, sí y a veces retroceden, dan marcha atrás como parece que pasa ahora con eso del "big-bang" con el que se aseguraba que vino la luz como un paso más de la creación. Dicen que no hubo tal explosión, pero lo que resulta patente es que sí llegó la luz, a la vista está. Yo escribí hace unos meses aquí en esta Horadada silenciosa, algo así como lo cercano que resulta lo descubierto poco a poco por medio de los estudios científicos, y la Creación que nos narra el Genésis con su sencillez no exenta de poesía. Hay coincidencias. Un sólo ejemplo, el Génesis nos cuenta que llegó el segundo día, el segundo paso de la Creación "e hizo Dios la bóveda" que la llamó cielo. La Ciencia nos habla de un enfriaminto y que por condensación se formaron la galaxias y las estrellas, es decir, el universo, el cielo que vemos.


De todo esto trataba yo en aquel artículo del 4 de mayo de 2009. También me paraba entonces en otras coincidencias bíblicas con las históricas científicamnente comprobadas: el Diluvio, el paso del mar Rojo y la separación de sus aguas y alguna más creo recordar. Pero es que ahora me he topado con otra coincidencia mayor. No sé hasta donde ha llegado la comprobación de lo que se afirma tajantemente por parte de numerosos científicos. Pero vayamos por sus pasos contados. Por lo visto todo empezó al estudiar el ADN de un tataranieto de Darwin, el autor de "El origen de las especies" y comprobar que los antepasados del naturalista inglés "emigraron del nordeste de África hacia el norte o hacia el Oriente Medio y posteriormente se trasladaron a Europa".

Parece ser "que una parte del cromosoma de cada hombre contiene una información genética exacta a la del padre" y siguiendo el marcador genético desde la actualidad hasta el origen se puede determinar cuál es el antecesor común de todos los hombres vivos. Esto lo aseguran los especialistas del ancho mundo que bajo la dirección del National Geographic y de IBM por lo visto, han llegado a esta conclusión que resulta sorprendente si se acepta, como parece, ese origen único de todos los hombres. Y afinan más en sus apreciaciones: según los numerosos especialistas, "la Humanidad desciende de un mismo antepasado africano que vivió hace 60.000 años". ¿Adán?. Una vez más la Ciencia se acerca a la tradición recogida por inexpertos en el Libro que atesora las creencias.

Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad y nos demuestran lo que ya sabiamos. Qué bien.

sábado, 6 de febrero de 2010

LA VENEZUELA QUE CONOCÍ

El rostro desagradable de Chávez, el caudillo bolivariano, me ha servido de revulsivo para, haciendo uso de la memoria, reavivar los gratos recuerdos -que los hubo y numerosos- de mis estancias en Venezuela y hacer justicia aquí a ese país que a tantos españoles acogió. El recuerdo de las cosas simples que eran las que, en realidad, hacían tan agradables los días se amontonan. Algunas tan nímias como la de saborear una fría caña de "La Polar", sentado en una terraza de Sabana Grande con que reponía fuerzas y ahuyentaba sudores, después de una larga caminata desde El Silencio; o el paseo por la casi provinciana Plaza donde se levanta la Catedral, en la que entonces, no sé ahora, esperaban a sus clientes, sentados en unas sillas bajas, los vendedores y compradores de inmuebles. Rostros morenos de fino perfil, tocados siempre con sombrero flexible y respondiendo a las preguntas que pudiera hacérseles con seria amabilidad. Caras las suyas que recordaban a los secos rostros de los moradores del Llano tan caluroso y duro en verdad que sólo entre nosotros los españoles, acaso los canarios podían aguantar.

Mi relación con Venezuela comenzó pronto. Fue con la caída del dictador Pérez Jiménez cuando entré en "su" territorio, en la Embajada que tenía en Madrid. Era 1958 y fue un buen apredizaje. Allí me tuve que empapar de los periódicos venezolanos. Familiares se me hicieron "El Universal", "El Nacional", "La Esfera", "Últimas Noticias"... porque con lo allí leído debía redactar las revistas informativas y orientadoras de la política democrática que se iniciaba, derrocado el dictador. El contralmirante Larrazabal, Rómulo Betancour, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Raúl Leoni y tantos más eran los personajes habituales que trataban de sacar adelante al país con mayor o menor fortuna y cuya actuación yo debía analizar.

Años después llegó la visita esperada al país que ya conocía no de oídas sino de leídas más bien. La alternancia política, realidad candente que levantaba tantos comentarios, con sus personajes más destacados, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, Acción Democrática y Copei paso a un segundo plano para mí, superado todo ello por la realidad del país en la que me adentré y me ocupó por completo. Observé que esa "high life" festiva con la que me iba relacionando, adquiría profundidad a mis ojos. Sus fiestas abundantes no ocultaban la preocupación del día a día que a todos podía afectar. Días de vino y rosas no exentos de ideales aireados a veces en largas tertulias tan vivamente animadas. Y frente a esa vida holgada, la del pueblo llano, amontonado tal como lo veía el europeo recién llegado en los ranchitos cuantiosos, tan corrientes, es la verdad, en Hispanoamérica, pero que a medida que se iba conociendo, surgía el interrogante sobre la existencia, en su caso, de felicidad. ¿Era feliz aquel pueblo? la respuesta , una respuesta válida al menos en principio, se podía obtener al comprobar por ejemplo, que un taxista u otro operario cualquiera, solía, una vez recaudada la suma de bolívares necesarios para el día, abandonar el trabajo para ir a vivir, es decir, a vivir auténticamente como dueños de su vida. ¿Se trataba de un pueblo primitivo? Más bien no, hay que responder. Era por lo que se veía una gente evolucionada, pero evolucionada a su modo, cobijada como estaba en un clima que permitía tales despreocupaciones y con unos alimentos fáciles de conseguir. Y en medio de ellas, todo hay que decirlo, el bandidaje, los malandros, que oscurecían la posible placidez de la abigarrada mezcla de gentes.

Esta era la Venezuela que se presentaba al viajero, turista fugaz, en sus repetidas visitas al país. Y de cuando en cuando, como un regalo venido del pasado, algún representante de la Venezuela ida que nos recibía con reposada cortesía dulcificando más la estancia, mientras la memoria nos acercaba a la plácida vida de la época colonial superada. Sus modos, su lenguaje reposado conservaba el estílo decimonónico tan gratos.

Fuera ya, de vuelta a la realidad de hoy, paseando por la Castellana o por Los Palos Grandes, o por El Paraiso nada menos, el encuentro fugaz con alguien conocido que se cruza en la calle:

--¡Entonses...!-- saludaba uno.

--¿Qué hubo...? --respondía el otro.

Y ambos seguían sin más conversación y sin esperar respuesta alguna, lanzando sólo una sonrisa al aire como una muestra de la falta de preocupaciones mayores.

Esa fue la Venezuela que se me abrió. Me quedaba captar algo de la vida intelectual del momento de la que algún conocimiento tenía. Fue un personaje del pasado, Rómulo Gallegos, el maestro, el que me introdujo en el mundo de las Letras venezolanas. Pero me faltaba actualizar ese conocimiento. Ya les contaré a ustedes como fue la cosa, pero no ahorita, que esto se acaba por hoy.

VENEZUELA

Pequeña Venecia, Venezuela, el país reo del bolívar y de Bolívar y hoy del socialismo bolivariano que la lleva a ser "cubanizada", es decir depauperada social y económicamente a ojos vistas, nació con la maldición del dinero. Los Welser y Ehinger, en España nombrados Alfinger, de quien tanto Carlos V echó mano para conseguir fondos para sus campañas, consiguieron, por esos préstamos concedidos, que la prohibición existente para los extranjeros de pasar a las recién descubiertas tierras americanas fuera en su caso anulada. Y hay más, Ehinger y Sailer, por esos mismos "méritos" serían nombrados, exactamente el 27 de marzo de 1528, nada menos que gobernadores de Venezuela. Su mal gobierno en pos de la ganancia -eran banqueros- y hasta su crueldad -eran banqueros- fue notoria. Las Leyes de Indias estaban en su caso para conculcarlas. Pero Venezuela, superada esa etapa que duró 18 años, comenzó con Juan de Villegas la verdadera colonización. Nació rica y cuando España la dejó, lo era. Próspera sin necesidad del petróleo. Ahora es pobre, empobrecida, con petróleo y todo. Por su trayectoria. Los pudientes hasta las camisas se las compraban en Miami o Nueva York y los más ricos lo eran sacando a espuertas los dineros del país para colocarlos en lugares seguros. Nació la tribu de los "tabarato", mientras las colinas que rodean Caracas se llenaban de ranchitos -chabolas- que la ahogan. Pero Venezuela seguía risueña con sus tragos y sus "pasapalos", sus whiskys y sus tapitas.

Ahora ya no. Venezuela tuvo la desgracia de que Bolívar, el Libertador, su libertador, el enemigo de Napoleón que pretendía sin embargo ser el napoleón de la Gran Colombia, quedara momificado en la memoria de tantos venezolanos como un dios. Ese mito y la riqueza que les proporciona el petróleo la llevó a la situación actual. Para el Libertador eran todos los elogios con objeto, sin duda, de crear un héroe que llenara el gran hueco que ahodaban al abandonar la verdadera historia y la tradición del país, olvidando el triste final de su héroe, pobre, enfermo y sólo en Santa Marta; el héroe que se endiosó él mismo y que fundara la República de Bolívar cambiando el nombre histórico del Alto Perú para implantar el suyo. Todo esto en un país que quería ser nuevo perdiendo la memoria de su realidad. Bolívar, el bolívar, moneda, en otro tiempo pujante hoy empobrecida como un símbolo de la decadencia del país en que el nuevo caudillo, Chávez, sin más mérito ni ideal que eternizarse en el poder, apoyado en otro otro invento, otro mito, el socialismo bolivariano, el socialismo que dice del siglo XXI copia al triste Castro que aún se tambalea en una Cuba también en otras épocas pujante.

Y así están las cosas en la tierra venezolana, donde el sueño de muchos españoles en sus horas prósperas la convertía en la meta de tantas ilusiones muchas veces conseguidas. La tierra venturosa de la humilde arepita, la arepita simple que se aristocratizaba con el queso de mano tan típico que la hacía más sabrosa. La tierra -hay que señalarlo- donde la "high life"(que así lo decían, en inglés), contrastaba tan llamativamente con el pueblo llano de la arepita, ese pueblo ahora engañado y que acaso ya ni a la humilde arepa pueda aspirar.

jueves, 4 de febrero de 2010

LA LARGA FILA

Gracias a Zapatero con su "Plan E", España va ser el país con mejores aceras de Europa. Yo las juzgo necesarias para que los más de cuatro millones de parados que tenemos no lo sean tanto, físicamente al menos y puedan pasear cómodamente. Es que necesitamos muchas aceras y Zapatero piensa en todo, ¿han calculado como sería de larga la fila si colocáramos a esos cuatro millones uno detrás de otro? Yo sí he hecho el cálculo y suponiendo que cada parado ocupe unos 40 centimetros para que no vayan demasiado apretados, esa fila tendría 1.600.ooo metros de larga, es decir, 1.600 kilómetros. Eso sin contar con sus familias, claro, aunque ellas sean las auténticas sufridoras en casa.

Pero mejor es no hablar de estas cosas tristes porque nos introduciríamos en el tenebroso terreno de la política española y el desánimo decaería aún más. ¿De qué hablar entonces? Si nos referimos a España de la supervivencia por supuesto. Y cómo aquel chiste en que aparecía un orador que daba una conferencia y que de pronto, abandonando los apuntes que traía exclamó: "Señoras y señores, seré sincero: ¡socorro!". Eso, socorro, ya se nos acabó el tema de Guti y su taconazo y sigue sólo el de la supervivencia para tantos españoles, aunque Zapatero nos regale hoy, precisamente, con su discurso en el "Desayuno de Oración" al que Obama le invitó. Zapatero es un portento, pues no tuvo incenveniente en citar un párrafo del Deuteromio y todo, para que luego digan. Eso sí, también les regaló a los americanos con su mentira diaria. Les aseguró que aquí, esta España nuestra, en el pasado, fue "un ejemplo de convivencia entre las tres religiones del Libro". "Llegaron los mahometanos y nos molieron a palos.. " y a palos seguimos durante casi ocho siglos y aún más, hasta que Felipe IV expulsó a los moriscos que aquí quedaron por tener entre otras inconvenientes, contacto con argelinos, turcos, hasta con Francia e Inglaterra para que vinieran en su ayuda. Ignoro cual es la razón por la que las izquierdas repiten siempre que pueden eso de la convivencia entre moros y cristianos. A los judíos, es la verdad, les nombran menos. Seguramente es cuestión de ignorancia o de ganas de tergiversar hasta la Historia que todos aprendimos de niños, por lo menos antes, cuando se estudiaba Historia. También nombró en su discurso, su tema de siempre, el de la Alianza de Civilizaciones, mientras en Afganistán nos matan y matamos en esa no guerra.


Y no voy a hablar del PP porque me aburro y lo siento. A la Santamaría, que estaba muy guapa cuando se retrató tan sugerente en una revista, la dejo embobada como suele oyendo a su jefe, a la espera sin duda, de lanzar el zarpazo, en las Cortes, a su pieza favorita, a la flaca, la De la Vega. A la Cospedal, también la dejo, allá ella con sus Dolores. A la Aguirre ni mú que no quiero oirla enfadada. A Gallardón, le huyo y le dejo con su afición a los escombros y a los impuestos. ¿Con quien me quedo? Lo haría con Pizarro, pero se me fue a su tierra, Teruel, a pasar menos frío que en el PP, degún nos contó Mingote.


Estando así las cosas, me largo a Italia que no es mal sitio y me fijo en Berlusconi que a veces, alguna, tiene más razón que un santo, como ahora que dijo a los tibunales de Estrasburgo poco más o menos que se ocupen de sus cosas, que los crucifijos son legítimos en las aulas italianas. Que no tienen que verse sólo como algo religioso, sino como una referencia a la historia y a la tradición de Italia. Lo que se completa con el deseo de Sarkozi de prohibir en Francia el velo islámico integral. Que se le vea la cara, oiga. Y a los matones musulmanes que obliguen a sus mujeres a usar el burka, les denegarán la nacionalidad francesa. Bien me parece que hay que defenderse, que nos invaden.


Aquí, no, no nos defendemos, bastante tenemos con el tema de la supervivencia. Almunia nos lo pone peor, desde Bruselas admite que España comparte "problemas comunes" con Portugal y Grecia, tales como la pérdida de la competividad, el elevado nivel de deficit y las necesidades de financiación exterior. Así que señoras y señores, seamos sinceros y todos juntos gritemos: ¡socorro!.