sábado, 21 de febrero de 2009

SE FUE LA LUZ

A los que contamos ya con bastantes años que dicho sea de paso nunca parecen suficientes, la vida, esa que pasa como un suspiro, a veces doloroso todo hay que decirlo, nos ha enseñado que precisamente por esa su tan imprevisible condición, debemos contentarnos con el día a día, es decir, buscar jornada tras jornada y no más, lo alegre o al menos lo positivo que nos puedan ofrecer. Y en esas estoy. Pero miro al exterior a través de los ventanales que me abren los medios de comunicación y cuesta hallar algo grato. Las quinielas no tocan y ni siquiera la ONCE, tan ciega como su nombre indica, nos ve. Por otro lado, hoy se confirma que la luz (Endesa) se la lleva Italia.

En realidad, las líneas luminosas siempre han sido de ida y vuelta entre Italia y España. Muchas veces nos vino de allá. Nuestra presencia física durante siglos en aquella península, ahondó la comunicación. Pero es que la luz que ahora organizarán desde Italia es de la que da calambre, la que trae la corriente eléctrica, con lo quedaremos nosotros los españoles más dependientes aún del exterior. Ya a la Eléctrica de Viesgo, la que alumbra mi tierra, se la zamparon los alemanes. Y así vamos.

Prosiguimos, pues, en pos de algo grato y ni por esas. Un diario británico pronosticaba ayer "el fin de la fiesta en España". Se refería a la economía. Días pasados se habló de que nuestra industria aeronáutica podría pasar a Francia como un pago a Sarkozi por la silla que cedió a ZP en la reunión en Washington de los G-20, eso sí sin bandera que indicara nuestra presencia. Todo ello me hace retroceder con el recuerdo a nuestros "negocios" con Francia a través de la Historia y veo que nunca nos fueron provechosos a pesar de lo que aireaban los "progresistas" de cada momento, los afrancesados por ejemplo. Precisamente vimos hace unos meses con ocasión del cumplimiento de los doscientos años del "2 de Mayo" a varios "intelectuales", políticos, algunos del Gobierno y otros personajes por el estilo, celebrar más las ideas que nacieron con la Revolución Francesa, que lamentar la invasión y las atrocidades que los franceses cometieron y de las que fuimos víctimas. Incluso se llegó a decir, que si hubiera proseguido en el trono de España José Bonaparte, "Pepe Botella", otro gallo nos hubiera cantado a los españoles. Con lo que se corrobora que la ignorancia sigue siendo muy atrevida y más cuando se une a la mala intención. Vean: en la Biblioteca Nacional se guarda una valiosísima colección de manuscritos que van desde las Partidas, por ejemplo, hasta nuestros días. En esa colección aparece la lista, manuscrita también, de los tesoros que el gobierno de José Bonaparte iba recogiendo para trasladarlos a Francia o para premiar a sus generales, con lo que se comprueba que el "Pepe Botella" a parte de darle al frasco o no como algunos señalan, sí le daba a la rapiña y al desprecio de los españoles. Y algunos, tan bobalicones, veían y aún ven provecho en esa relación hispano-francesa.

Llegados a este punto con la Historia tan larga entre manos, dejaremos para otro momento la recogida de más "negocios" por el estilo con nuestros vecinos. Y en vista de que no divisamos nada que nos alegre la jornada, cerraremos esta ventana al mundo exterior, mientras lamentamos que personajes tan valiosos como Manuel Pizarro que precisamente dejó Endesa, la que ahora cae en otras manos, no tome o no le dejen tomar parte más activa en la política que es su nueva ocupación. Con los aciertos de que es capaz demostrados hace un año cuando predijo casi punto por punto, las calamidades económicas que ahora sufrimos sí podría brindarnos alguna esperanza. Ahora augura los apuros que se le avecinan a la Seguridad Social. Que Dios asista a los jubilados.

Mientras, cerrada como dije la ventana al exterior, me retiro conmigo mismo muy contento por haberme conocido. ¡Qué remedio!

sábado, 14 de febrero de 2009

ANARQUISTA, TAMPOCO

Vista nuestra realidad de todos los días últimamente, por ejemplo, con la evidencia de unos individuos corruptos dentro del PP, lo que en el fondo, si bien se piensa, no debe extrañar aunque nos repugne, porque ¿cómo entre tantos afiliados a un partido no van a surgir media docena de indeseables de vez en cuando como en cualquier otra agrupación humana? Lo positivo es que se descubran como ocurre con cualquier tipo de delincuentes y se les juzgue que es lo deseado. Lo despreciable se agiganta asímismo en la otra formación, el PSOE, con un ministro nunca del gusto de una mayoría y un juez al que le atrae más figurar que impartir justicia y que se reunen con un miembro de la policía que investiga a los corruptos del PP para decidir una estrategia que perjudique políticamente al partido rival. En este caso reavivar un proceso que se tenía aparcado para de acuerdo ministro y juez, elegir el mejor momento para dañar al contrario: la cercanía de las elecciones previstas. Una actuación ésta ruin que deja a la Justicia oficial en entredicho. Y no digámos al Gobierno.

Con este panorama, uno, ciudadano pacífico y espectador escandalizado, nota como entre los entresijos de sus ideas surge una que se destaca apetecible aunque inalcanzable y, por eso mismo, quizá, más deseada. La de prescindir de toda clase de jefaturas y alejarse de todo tipo de imposiciones.

--Oiga, eso le lleva al anarquismo.

Pues miren ustedes, estoy seguro de que ni entre los anarquistas encontraría acomodo. El anarquismo en cuanto se hace político se prostituye. Nos lo cuenta la Historia, ciencia de la que hay que aprender no utilizar su memoria para reabrir pendencias. Bien es verdad que "ánarkhos", sin jefe, es la palabreja de la que 1726 nació la de anarquista. Pero bien mirado lo que atrajo a las muchedumbres, ya en el XIX cuando las ideas anarquistas parecían proliferar, no era tanto el sacudirse cualquier jefatura, es decir, la anarquía verdadera, sinó lo que les encandiló fue el reparto de tierras, el llegar a ser propietarios, ganar, tener, lo de siempre, lo que en realidad mueve al mundo mientras exista un pálpito de vida.

Pasó que ese ideal de libertad total dentro de las condiciones que rigen al hombre, el ser libre, sin jefe, fue aprovechado por el socialismo y hasta por el marxismo que condujo al comunismo. No comprendieron que socialismo y anarquismo se dan de patadas o lo comprendieron demasiado bien y de forma interesada. Los socialistas aprovecharon para, como hacen siempre, encasillar a la gente en agrupaciones, cooperativas, tenerla, en fin, controlada, a la vez que supieron para ello, electrizar, como se dijo entonces, a las masas con el atractivo del reparto de tierras. Una necesaria y justa aspiración sin duda alguna de la se aprovecharon los socialistas para imponerse.

Con todo ello nacía otra idea, la del colectivismo, el comunismo al fin, y aunque llega el momento en que se rompe la unión de ese movimiento y una parte se separa del marxismo, siguen, como ocurrió en España, las ideas de un tal Bakunin que, en definitiva, propugna lo mismo, algo tan contradictorio como lo anterior: anarquismo y colectivismo acompañado, por supuesto, con otras dos imposiciones que nos acercan a normas más dictatoriales aún, como son el ateismo activo y el antimilatarismo.

Luego, ya se sabe, surgen envueltos en el manto de tan falso anarquismo, un terrorismo auténtico y abundan atentados y más atentados y los asesinatos incontrolados, con lo que la idea de la libertad que sugería la palabreja griega de "ánarkhos" antes citada, sin jefe, se hace irreconocible.

Así se queda uno con el ideal de la libertad animándole solamente en los ensueños. Mientras que la realidad, el panorama de ahora mismo se ennegrece más con la acción calculada y desvergonzada de un ministro y de un juez que manejan a su antojo lo que se ha dado en denominar justicia, tan injustamente. Eso y unos políticos corruptos a los que se utiliza para más corruptelas. Todo, como se ve, dispuesto para otra vez encandilar a las masas tan maleables ante unas elecciones, esta vez en Galicia y en las Provincias Vascongadas, en las que, en tantos casos, no se persigue el bien general sino el provecho de unos individuos que todos conocemos actores principales de esta tragicomedia que continúa.

Y aquí cada cual en su rincón, viviéndola. Con lo dicho ya ni anarquista se puede ser.

viernes, 6 de febrero de 2009

CÁLCULO, NO PATRIOTISMO

Gabriel Albiac, ese filósofo que casi todas las mañanas en el diario "La Razón" nos abre nuevos caminos por los que transitar intelectualmente, escribía el otro día lo siguiente: "...La otra actitud se llama Zapatero. Consiste en sólo mentir. Más de siete mil personas pierden su empleo en España cada día; multipliquen, sumen y obtendrán la cifra que aguarda al cabo de 2009. Media estructura -me quedo corto- de cajas de ahorro está podrida y es irrecuperable. La construcción, kaputt. El turismo agoniza. ¿El automóvil? En el tanatorio. Pero el Presidente del Gobierno miente. Habla de recuperación. Para marzo, diciembre... Como habló primero de pleno empleo, de no contemplar la existencia de crisis, de nuestra ejemplar solidez bancaria... Todo mentiras. Solo mentiras. Que ganan elecciones".Lo que es verdad. Ahí están las pruebas. Su estrategia y su sistema publicitario funcionan. Es la labor ruin del demagogo que capta la voluntad popular. Y en su maquiavelismo no olvida la demolición del adversario, del PP. Tal se diría que la oposición es cosa del PSOE y no la de gobernar. Y hace mella. Me atrevería a decir que en el PP en parte al menos, dudan de su fuerza y posibilidades, con lo que parece que llegan a ellos las horas bajas y no para un PSOE desbordado por la crisis como parecería más lógico.

De siempre a la izquierda, sobre todo en España, la guía el rencor, a la derecha la destruye la indisciplina. Con esos mimbres, los ciudadanos de a pie observamos que el pesimismo nos puede llevar a la desesperanza. El rencor es más agudo y punzante que la indisciplina, por eso gana. Sabe donde atacar, mientras el indisciplinado se queda a verlas venir víctima de la desunión y la autosuficiencia del que se cree importante.

Y el ciudadano corriente y moliente se queda absorto mientras mira a derecha e izquierda por ver en donde se esconde esa libertad de que le hablan.

Seguiremos.

martes, 3 de febrero de 2009

DE MIS DIVAGACIONES

Baltasar Gracián, jesuita y uno de los más elevados prosistas del Siglo de Oro, tiene una frase, creo que en su obra "El criticón" que es destacada por García de Cortázar en su "Breve historia de la cultura española" que dice así: "Entre las monstruosidades de la vida, la más portentosa es el estar el engaño en la entrada del mundo, y el desengaño a la salida" que, a mi entender se puede aplicar a muchas de las manifestaciones que surgen a lo largo de la existencia. A la vida misma diría si nos ponemos pesimistas, lo que no es conveniente, pero que desde luego les va como anillo al dedo a los políticos en general.

Pasen ustedes revista a los que conocen, a los que han votado, a los que sufren. No citaré nombres, pero sí señalaré que lo que se observa es que las ideas políticas no son tan aplaudidas ni tan rechazadas como se aplauden o se rechazan a los propios políticos. Quizá haya una razón para ello. Si nos fijamos en España e incluso en todo Occidente, las ideas que actualmente vertebran a los partidos políticos digamos serios, no difieren tanto entre si. Es la actuación de los políticos a lo que se atiende pues ahí surgen las diferencias. Las promesas esgrimidas y lanzadas a los cuatro vientos en sus campañas electorales, a menudo no se cumplen.Tierno Galván, en tantas cosas un gran cínico (perteneciente a la escuela cínica para que no se enfaden sus fans) dijo, más o menos, que esas promesas no estaban para cumplirse. Sino para engañar, añado yo, con lo que la frase de Gracián adquiere una actualidad candente..

¿Qué queda entonces de la democracia, ese sistema de gobierno que la única alabanza a que se ha hecho acreedor es que resulta el menos malo de todos? Pongámonos eruditos y vayamos a la etimología, con lo que no nos queda más remedio que retroceder hasta la Grecia clásica, como casi siempre. La palabrita procede como bien se sabe de "demos" pueblo y "krateo" yo gobierno que, resumiendo, nos lleva a gobierno popular o democracia como decimos. Mas al observar que los políticos nos engañan con sus promesas y nos desengañan con su actuación, el sentido de democracia desaparece, porque el pueblo se siente alejado del gobierno.

Y la etimología nos descubre otra falsedad. Se utiliza una artimaña para ganarse la voluntad popular. La palabra ahora es demagogia que en su origen no es despreciable, al contrario, pero que en su práctica resulta rechazable. Un demagogo es, en principio, alguien que es capaz de "conducir al pueblo, que capta el favor del pueblo" lo que puede ser admirable, pero que resulta despreciable cuando para ello se emplea el engaño, el disimulo, la sonrisita, el talante en fin, para conseguir el aplauso y el voto con que llegar al poder y desarrollar sus fobias y rencores acumulados. Utilizar la memoria histórica no para aprender de ella, sinó para revivirla.

Y así marchan las cosas, unos renegando y otros, quizá los más por desgracia, desentendiéndose de la política, prefiriendo que les gobiernen como sea y que les dejen disfrutar de pequeñeces. Prefieren la sumisión.

¡Qué razón tenía nuestro Gracián que nació hace 407 años, todo empieza con engaño y acaba con desengaño. No hay nada nuevo bajo el sol.

domingo, 1 de febrero de 2009

ACATAR Y OBJETAR

El Tribunal Supremo, máximo recurso con que se cuenta en lo que atañe a la Justicia, es ahora una derivación de la situación política que sufrimos los españoles desde que Felipe González con la Ley Orgánica del Poder Judicial, dio la puntilla a Montesquieu y a su fórmula de la separación de poderes, (legislativo, ejecutivo y judicial), con la que se podía aspirar, siquiera, a vislumbrar la posibilidad de alguna libertad. Por eso la cercenó, sin duda.

Estamos, pues, en manos de los políticos, esos personajes a los que votamos y que ellos mismos, en general, se van desprestigiando con su actuación. La asignatura de Educación para la Ciudadanía es ya obligatoria por decisión del Tribunal Supremo, lo que no es óbice para que en conciencia se la objete por una serie de motivos valiosos y respetables en los que muchos creen. Otra cosa es que se acate (en la segunda acepción de la palabra) es decir,que se obedezca la sentencia aunque sea, sin duda, a la fuerza.

Un político para justificar la necesidad de impartir la dichosa asignatura, no se le ocurrió más que preguntar en público, esto:"¿Qué mal hay en enseñar a un niño como se coloca un preservativo?" El político, claro, fue José Blanco, ese hombre que nunca se ríe a diferencia de su jefe que lo hace siempre. ¿Qué se puede esperar de un tipo así!.

En mi época, con la Dictadura, me adoctrinaban o trataban de hacerlo, con la asignatura de Formación del Espíritu Nacional. Ahora se hace con Educación para la Ciudadanía. El caso es deformar las conciencias para dominarlas en definitiva. Por eso es necesaria la objeción siquiera interna, la rebeldía en fin.