Ganó Rajoy y Zapatero sufrió el castigo merecido. Al del PP le aflora al rostro la satisfacción propia del ganador y así, con una sonrisa interna que se le adivina, se ha codeado, satisfecho, con los mandamás de Europa, aunque para empezar haya tenido que pasar por el aro de lo ya establecido y quedarse sin derecho al veto que pretendía vía Zapatero. Los números mandan y más si son los del Banco Central Europeo. Con ello, aceptando lo que exigen los que mandan entramos todos en un tunel cuajado de incógnitas del que desconocemos como se saldrá. El tinglado no parece seguro. Solo es seguro lo de siempre: el dominio de una nueva dictadura, especial por aceptada, que ahora sin más armas que la necesidad, impone el camino a seguir que en este caso será como siempre de penuria y sufrimiento para todos. Gran Bretaña no la acepta. ¿Se confunde Gran Bretaña? ¿Aciertan, acertamos los demás? ¿ Resistirá Europa con su euro y su incierto andamiaje económico con tantas vías de agua sin cerrar? ¿Merkel y Sarkozy se saldrán con la suya y consolidarán su dominio ya iniciado?´
Demasiadas incógnitas. Echemos mano de la sinceridad y preguntémonos lo que sin duda es fundamental: ¿Existe un sentimiento íntimo de comunidad entre los europeos de a pie o son solo las diferencias lo que nos caracteriza? Ese es español, aquel alemán a la vista está, el otro francés, porque en realidad la sinceridad se manifiesta en los enfrentamientos y en la competencia. Lo demás queda como simples componendas con lo que se disimulan esas competencias entre todos tan comprobables en el tira y afloja económico y comercial. A la postre unos campos de batalla a la moderna, sin tiros afortunadamente, pero en los que como siempre los países compiten. Así está la Europa de hoy, acaso un artificio en el que Alemania y Francia se imponen tratando de dominar a los demás. En realidad, un juego archiconocido a lo largo de la Historia. Cambian los nombres de los países según las épocas, continúa la intención.
Cada siglo dije en otro lado trae sus soluciones "salvadoras" para los problemas que se vienen arrastrando: meras intentonas que acaban -en el pasado siglo así fue- en fracasos sangrientos y terribles. Quizá ahora se intenta algo parecido aunque de manera no cruenta, menos visible, menos comprobable para la gente de a pie. Pero el intento, ¿artificio? ideado, como los anteriores, traerá (ya lo está haciendo) sufrimiento y penuria. El futuro pues, como siempre, se presenta muy incierto.
domingo, 11 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario