lunes, 26 de octubre de 2009

NUBARRONES

¿Todo va mal? Es una pregunta que me hice hoy cuando a las seis de la mañana me despierto y siento que un nuevo día se me va a presentar. Pero un día en que aunque amanezca y luzca el sol como lo hace en este otoño madrileño esplendoroso, nada ni ese sol de justicia puede con los nubarrones que envuelven, según yo lo veo, al país entero, a esta España que parece pasmada ante lo que acontece.

"¿Y qué acontece para que se ponga así?" De todo y todo negativo. A veces hasta vergonzoso. Empecemos: fijense en este ridiculo presidente que tenemos con su ministra de la no defensa, impotentes ambos para solucionar de forma enérgica y lúcida, el problema que unos piratas desarrapados nos han planteado. Ante esto el presidente blandengue que soportamos y su ministra equívoca nos entretienen con los dos capturados a la espera de que nos digan esos desarrapados, cuanto tenemos que pagar y qué hemos de hacer para que nos devuelvan el pesquero y a sus tripulantes.

¡Qué lejos quedan los tiempos en que nuestros marinos capturaban a los arriesgados piratas, ingleses u holandeses, con abordajes decisivos -práctica tan española- para luego colgarlos de las jarcias!.

Segunda cuestión que nubla cualquier resquicio de esperanza. El culpable es el que podía traérnosla a fin de conseguir un cambio necesario y acaso, con optimismo, hasta salvador. Me refiero a los de la gaviota o de la paloma que no sé que bicho es, al PP enfrentados ahora como están en un vergonzoso pugilato por ver quien domina y mangonea en Caja Madrid, aparte, claro, de la corrupción de varios de sus enfatuados personajes. El caso Gürtel que por lo visto, para más inri, parece que salpìca también hasta las cercanías de la Moncloa con hechos que parecen confirmados (fechas, datos, cantidades). Todo por un monto de 452 millones. Siete concesiones de obras de departamentos dependientes de la organización del PSOE y del Ministerio de Fomento, serían los culpables.

Y si con esto no tuvieramos bastante, nos quieren colar una atrocidad de consecuencias trágicas: el derecho que se quiere otorgar a las mujeres para abortar. El aborto como derecho, no como una triste necesidad que pueda ser admitida. Se da de patadas con el reconocido derecho a la vida que todos defendemos. Madres con derecho a acabar sin más con sus hijos en formación. Hasta en la Roma clásica se reconocía ya al "nasciturus". Si a quienes esto tratan de imponer se les califica de asesinos, podríamos tener problemas con eso que llamamos la Justicia y que acaso lo fue antaño, cuando los partidos no se inmiscuían en su organización.


Sufrimos todo esto, pero los hay más desgraciados, ese millón y pico de familias en las que todos sus miembros están sin trabajo. Al Gobierno no se le ocurre nada para solucionarlo; igual que con los piratas. Pero a nuestros sindicatos, más verticales o al menos más dóciles (con su cuenta y razón) que los de la época franquista sí: `preparan una manifestación contra los empresarios que para cierta gentecilla siempre resultan culpables y en este momento además también sufridores.

Con tanto encima y visto que no son más que las seis de la meñana, apago la luz y sigo durmiendo. A ver si al menos sueño con los angelitos.

sábado, 17 de octubre de 2009

DEL ABORTO Y OTRAS MINUCIAS SEMEJANTES

Hoy se realiza en Madrid la manifestación en contra del aborto. Positivamente la califican de la manifestación "por la vida". ¿Por qué vida? preguntaría el cínico. De entre las que conozco habría que pensarlo. Y en cuanto al tipo de vida vivible me apunto a la vidorra. "Manifestación por la vidorra" sería más atrayente. Algunos se han apuntado a ella, ya lo sabemos, y lo han conseguido. Los políticos, los del Gobierno, todos: 81.155 euros al año y todos los gastos oficiales pagados se embolsan. El presidente más, claro, para eso manda, 91.982 euros. Y los vices, 86.454. Creo que esta cantidad la propusieron para ver si a la Fernández la engordaban y le quedaba algo para la peluquería, pero ni por esas.

Sin embargo, a pesar de esos sueldos muy apetecibles, muchos de ellos tienen deudas importantes. ¡Es que no sé que hacen! Por eso hay que agarrarse al sillón a costa de lo que sea, sin miramientos que el país aguanta.

La culpabla aparente de la ley del aborto, la Bibiana, debe por lo que se ve 109.722.39 euros. Es la más "pobre" del grupo, por eso no puede meterse en más berenjenales y lo mejor es abortar si llega el caso. A la más rica no la pescan por menos de casi cinco millones de euros, aunque debe unos quinientos ochenta y pico mil. Es la de Ciencia, así que ella sabrá. Rubalcaba no tiene deudas y cuenta según dice con 1.223.154 euros. No es que sea de la Virgen del Puño, no, es que no tiene ni un pelo de tonto, bueno ni de nada.

El que da pena de verdad es Zapatero. Debe exactamente, 80.847.89 euros y con esa deudas ni trajes como es debido puede comprar a sus hijas. Porque el, su mujer, no abortó y tienen dos hijas de las que ya vimos los vestidos que tienen que ponerse. Sus caras no, no las vimos porque se las tapan.

--¿Son moras?

--¡Qué va, es que les da verguenza!

--Qué tontería, porque no todo el mundo tiene que abortar.

Ya, nacer no es para avergonzarse. Lo que puede dar vergüenza en algunos casos, es la vida que se lleva una vez que no te han abortado previamente. Miren a Bibiana, no le da vergüenza nada. Ella sabe cuando un ser humano es un ser humano y cuando se les puede matar y cuando no. Más o menos sabe cuando hay que implantar la veda y cuando levantarla. Como la del jabalí o la de los bocartes en el Cantábrico.

--Oye chica, la demás allá ¿es que tu nunca has abortado?

--He de confesar que no, la verdad. Es que no consigo ni al del butano.

--Claro, si no ligas imposible. ¡Qué antigua te estás quedando!

lunes, 12 de octubre de 2009

LA FIESTA NACIONAL

Hoy 12 de octubre es una fecha grande para España: es su Día Nacional y conmemoración de aquella gesta mediante la cual España agrandó el concepto del mundo, lo completó, con el Descubrimiento de América. Día Nacional en que, otra vez, hemos vibrado mientras nuestras Fuerzas Armadas, marcialmente, desfilaron ante nosotros, bajo la presidencia del Rey. Zapatero no ha podido, claro, acabar con esta demostración anual en que los soldados se exhiben con sus armas y hasta con las bayonetas caladas para mayor impresión. No ha podido y el Ejército se lució una vez más, alejado de ese concepto que se trata de imponer desde que este Gobierno nos manipula. No son unas fuerzas de paz como tratan de imponernos, casi una ONG, no, digámoslo con contundencia, son unas fuerzas armadas para, si fuera necesario, hacer la guerra en defensa de nuestros derechos y de nuestrta integridad. Mientras su potencia sea mayor, nuestro Ejército servirá mejor para implantar la paz, nuestra paz, eso sí, en el caso de que alguien pretenda alterarla, lo que es muy diferente.

Bien, desahogado con lo dicho y escuchados los abucheos al Presidente y a su segunda, la Fernández de la Vega, a pesar de acceder a su tribuna para asistir al desfile a escondidas, por la parte de atrás para evitarlos, paso a ocuparme de algo más importante que es a lo que iba antes de caer en este paréntesis tan largo. El tema que quería tratar es el de la Hispanidad, porque hoy era -¿es todavía?- esa fiesta con la que se pretendía unirnos más con los países de allá, de esa otra orilla con los que, a veces, antaño, acaso no nos llevaramos tan bien. Zorrilla, don José, el del Tenorio, resumía tales rencillas de forma muy comprensible: Son riñas de familia, aseguraba más o menos.

Sin embargo, esas riñas familiares no impidieron que se acuñase y se profundizara en la idea de la hispanidad como una realidad palpable de las características comunes e históricas irrefutables. No obstante, como en tantos otros asuntos esenciales para España parece que la posición del Gobierno de ahora resulta contraria. Ya, oficialmente a nuestros gobernantes no se les ocurre hablar de Hispanoamérica, sinó de América Latina. Nos pudo Francia que al sacarse de la manga tal denominación se introducía ella también en la realidad americana y alejaba la influencia española. Los EE.UU. después postergaron aún más el nombre por claros intereses comerciales y de influencia.

Esta gente que nos desgobierna y que acaba con tantas cosas fundamentales sin crear otras que las sustituyan, cree, sin duda, que eso de la Hispanidad era cosa de Franco y que como tal hay que acabar con ella, aunque nos perjudique. La ignorancia unida al rencor. Sí, fue Ramiro de Maeztu el que destacó su importancia, pero sería Unamuno el primero quien acuñó la palabra Hispanidad, antes de 1909 nada menos y, luego, en 1927 cementaría: "Digo Hispanidad y no Españolidad para atenerme al viejo concepto histórico geográfico de Hispania, que abarca toda la Península Ibérica... para incluir a todos los linajes a todas las razas espirituales, a las que han hecho el alma terrena -terrosa sería, acaso, mejor- y a la vez celeste de Hispania".

Viene de antiguo el tema como vemos, y de más allá incluso aunque no se hablara entonces de Hispanidad sino de Hispanoamericanismo, casi desde que la emancipación fue un hecho reconocido y se intentó, también entre los americanos, reanudar las relaciones diplomáticas y comerciales, así como restaurar la hermandad espiritual quebrada con la guerra. Desde entonces se han realizado grandes esfuerzos. Cánovas, Castelar y otros, trajeron la idea de raza. En América surgieron libros y revistas que abundaban en el tema incluso a mediados del XIX, a pesar de esas "riñas de familia" que también enturbiaban el ambiente.

En fin, con los nuevos modos que nos gastamos así nos van las cosas. Hispanoamérica se aleja de nostros disfrazada de Latinoamérica cada vez que empleamos tal apodo. Yo, sin embargo, y bastantes más por lo que he visto, recuerdan que hoy Día Nacional en que nuestros Ejércitos se han presentado como las Fuerzas Armadas que en realidad son, celebramos también la fiesta de la Hispanidad. Y si añado que así mismo se festeja entre muchos el día de la Patrona de España, la Virgen del Pilar, y me oyeran los progres, me correrían a gorrazos por ser tan facha. Pues que lo intenten, no me he podido aguantar.

P.S. Precisamente hoy en "ABC" se dice que el embajador español ante la OEA ha suspendido la tradicional ofrenda floral que todos los años en este día de la Hispanidad, acompañado de los altos cargos de esa organización, se ofrecía ante el monumento a Isabel la Católica erigido en Washington. Tampoco se ha realizado la recepción que siempre los embajadores españoles organizaban después de la ofrenda floral. El actual embajador, político -¿político?- no diplomático la adelantó al día 9. Ganas de fastidiar. ¿Hasta cuando seguiremos sufriendo a estos hijos de nadie?.

domingo, 11 de octubre de 2009

200 AÑOS LIBRES

¿Libres? Es un decir, pero el año que viene comienzan a cumplirse los 200 años de las diferentes independencias de los países hispanoamericanos. Nos iremos ocupando de ellos de manera pormenorizada. Ahora comezamos por el más llamativo hoy por hoy, por el que mangonea Venezuela, el llamado Chávez que no es que vaya para dictador, sino que ya ejerce de tal y se presenta ante el mundo con el estandarte de un "bolivarismo" socialista. Con esta doctrina vacía de contenido y tan contradictoria, paradojicamente y con ayuda del petróleo trata de extender, y algo va consiguiendo, su influencia por las naciones de alrededor.

¿Cómo puede unirse el bolivarismo si es que existiese tal concepto, con el socialismo? Son antagónicos. Bolívar surgió y abrazó, como una corriente que entonces crecía tanto en España como en los países americanos que emergían como tales, las ideas liberales: Constitución de Cádiz de 1812 y las que iban surgiendo en América al independizarse. Desde la deQuito en 1809 hasta la dominicana de 1844. Eran las ideas del momento en esa lucha tachada por los historiadores de guerra civil que llevaría a las independencias americanas, mientras España sufría, primero la invasión francesa y luego los vaivenes posteriores que nos produjo Fernando VII, soportados también en aquellas orillas.

Unir, por tanto, a Bolívar con el socialismo no tiene sentido. Claro que a Chávez, como a todos los dictadores le trae sin cuidado. En realidad eso de aprovecharse de la figura de Simón Bolívar viene de antiguo en Venezuela. En el XIX, en su segunda mitad ya, un presidente del país, Antonio Guzmán Blanco, comenzó a fomentar el culto a Bolívar que luego el dictador Gómez recogió y acrecentó para adornarse y adornar su actuación con el ya "sagrado" recuerdo del Libertador.

Con esto su figura se fue falseando hasta convertirla en un nuevo personaje siempre victorioso y aclamado, pasando al olvido la realidad de sus últimos tiempos. Nada se dice de su abandono de la política ante el fracaso de sus ideas unionistas y su triste final en Santa Marta, enfermo, traicionado, atenazado por una insuperable melancolia, como tan puntualmente nos cuenta Gabriel García Márquez. Contaba sólo 47 años.

Pero la desfachatez llega más lejos. Ya antes de que Chávez se asomara a la política, se quiso hacer mestizo a Bolívar - cosa que no era- en un afán de acercarle más al pueblo. Y muchos de ese pueblo confiado, se lo cree y aplaude. Algo parecido a lo que cuando Venezuela acariciaba ya la independencia, en la que hoy es la Plaza de Venezuela precisamente, con la blanca fachada de la Catedral como testigo, se preguntaba a la gente allí arremolinada, su opinión sobre los acontecimientos que se desarrollaban, y a cada pregunta, alguien desde detrás de las autoridades indicaba con un gesto de cabeza, afirmativo o negativo, lo que el pueblo candoroso debía responder: si... o no... a voz en grito. Así, lo que se decidiera nacía con el sello democrático de la mentira.

Ayer como hoy la mentira como arma política tantas veces utilizada. Un Bolívar inventado que tanto se aleja del que fue en realidad. Y los demás prohombres de la Independencia americana silenciados. Habrá que ocuparse de ellos, de San Martín por ejemplo. Ejemplar militar español, hijo de palentinos. Veintidós años en el Ejército español y tomó parte en 32 batallas, desde Argel al Rosellón y contra las tropas francesas en España. Y si luego participó tan destacadamente en las guerras civiles americanas, lo hizo por oponerse, como hizo en la Península al dominio de Napoleón, ante una posible ampliación de ese dominio en la América española.

Otro día nos ocuparemos de él y de tantos indígenas americanos que en esas luchas francticidas lo hacían a lado de las tropas reales. Tales los de San Juan de Pasto, en Colombia, cuya fidelidad al Rey de España fue tan notoria.

No todos van a ser Evos y Chávez.