viernes, 1 de agosto de 2008

EL BATIBURRILLO NACIONAL (I)

La Universidad Menéndez Pelayo, de Santander, está dedicada, como vemos, a ese polígrafo, historiador y filólogo que junto a la importancia grande su obra o por ella y con ella, representa, casi encabeza, a los ideólogos del tradicionalismo en nuestra patria. Por eso, la anterior directora de la Biblioteca Nacional de Madrid, de cuyo nombre no quiero ni puedo acordarme a Dios gracias, quiso quitar su estatua del gran vestíbulo de entrada a la Bibliotreca de la que Menéndez Pelayo fue director. En fin, un gesto más de la intransigencia de lo que se han denominado las dos Españas, todavía al aparecer irreconciliables, incluso en el mundo que se piensa elevado de la intelectualidad.

Ahora no sé quien gobierna, administra y dirige esa Universidad Internacional en la que precisamente yo trabajé hace más de 50 años. Pero sí me imagino como piensan al menos algunos de los que manejan el cotarro -quizá de los agradecidos al Régimen- porque en la gran exposición de grabados de Goya que esa Universidad, junto con la Autoridad Portuartia de Santander ha organizado, magnífica y muy ilustrativa, se ha colocado en lugar bien visible, un mural en el que al comentar la gran tragedia que se vivió a principioos del XIX con la invasión francesa, tan crudamente ilustrada con las escenas cruelísimas de los franceses, que asustan y emocionan, se comenta, con unas frases que quieren ser resumen y colofón, lo acontecido con la invasión napoleónica. Resultan unas frases beatíficas , humanísimas si se quiere, blandísimas y también, por ello, pusilánimes, injustas y tergiversadoras de la realidad como en tantas ocasiones ocurre ahora con este gobierno socialista de Zapatero tan destructor de las ideas y de la verdad, sin utilizar piedra ni palo de lo que son maestros.

Se dice esto en el mural que quiere ser, repetimos, resumen de aquellos tan sangrientos acontecimientos a los que se vio sometido un pueblo español engañado: "La violencia y la sinrazón. El pueblo español, el ejército francés y todos los estamentos de la sociedad: víctimas de la guerra". Pues, no. El ejército francés no fue la víctima, fue el agresor como siempre hemos sabido tan bien los españoles. Es lo mismo que pasa con esos desalmados grupos políticos vascos que se dicen patriotas y con los señoritos hipócritas del PNV que quieren, tantas veces, reunir en el mismo grupo a las víctimas de ETA con los agresores etarras caídos en manos de la Justicia.

Es la confusión sembrada también, tantas veces, por este Régimen que regala libros que se ocupan de los afrancesados y sus doctrinas, ahora que se cumplen 200 años de aquella tragedia nacional provocada por los ejércitos del país vecino que mataron y hasta torturaron al pueblo español que se defendía con tanto honor y tan heroicamente, tal como nos muestran tan "periodísticamente" y con tanta realidad, los grabados de Goya que se exhiben con el marco esplendoroso de la bahía santanderina.

Pero ahora, los del régimen, repito y algunos "intelectuales" por lo que veo, no valoran esa atitud meramente defensiva y patriótica. Se preocupan más de las ideas, y hasta las aplauden, de los que portaban las ballonetas que de enjugar la sangre, su recuerdo, de los que se defendían de los ballonetazos, es decir, de los españoles.

Por todo esto haré yo aquí también mi colofón o resumen ante tanta vergüerza: lo de ahora, aquí en nuestra España no es tragedia todavía a Dios gracias, pero sí drama, porque en los dramas se admite lo cómico junto con lo trágico y en la actualidad la mezcla, el batiburrillo que se observa puede calificarse de tragicómico, es decir de dramático.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entre los que quieren cambiar la Historia para dar una base aunque sepan que es falsa a sus ideas independentistas y los que como se expone en su blog. tratan de dar una interpretación torcitera a hechos fundamentales de nuestro pasado, nuestros pobres hijos no van a saber ni en que país han nacido.