EL CAMINO

Desde mi Roca Horadada decía el otro día que resultaba difícil seguir ningún rumbo como no sea echando mano de la imaginación. Porque si queremos intentarlo realmente habría que saltar a tierra, pisar tierra firme. Y ya en ella buscar, intentar encontrar un camino. No cualquiera , claro, sinó el conveniente. El poeta decía que se hace camino al andar. Hay que recordar que camino, además de sustantivo es también verbo, es decir, acción, pero esta acción debe ser conducida en la dirección acertada. El consejo, desde luego, es seguir adelante siempre, porque además no hay otra alternativa. Siempre se sigue aunque permanezcamos inmóviles, el tiempo nos arrastra. "El tiempo imperturbable/cumpliendo con su labor silencioso,/ eterno, incansable/suave y poderoso,/ desgasta cuanto encuentra sin reposo" que alguien dijo con toda razón.

Pues obedezcamos, vayamos en pos del camino adecuado porque ya en él vislumbraremos la meta, la solución, aunque no se consiga completar el recorrido. O al cabo, si hay que rectificar se rectifica porque "vivir es cambiar, y ha vivido mucho quien haya sido capaz de cambiar mucho". Nos lo dijo un cardenal, un hombre nuevo de verdad ya que se llamó Newman. Y hasta existe la obligación de la insistencia. Benedicto XVI antes de ser Papa nos acuciaba: "Cada uno debe encontrar una solución en su propio mundo, en su momento presente".
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En realidad él mismo nos acaba de dar ejemplo durante su reciente viaje por África. Ha hecho un llamamiento al cambio, a un cambio profundo, necesario para que la justicia se implante entre aquellas pobres gentes víctimas ahora de la opresión y de la corrupción y que no reciben del exterior, de gran arte de los países que hasta hace poco les empobrecían, más que unos donativos tantas veces utilizados, únicamente, en la compra de armas por los mismos que les amenazan.
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El cambio muy necesario tantas veces para rectificar el camino emprendido. Como ahora ocurre en las Provincias Vascongadas si es que los socialistas que suben al poder cumplen con lo pactado con el PP. Aunque la duda siempre puede estar presente. La situación política de Cataluña agiganta las sospechas sobre un partido político, el socialista, aliado y sometido con tal de gobernar en esa región a las veleidades de los separatistas. Que tal es el triste y absurdo panorama de esta España cuarteada más aún por el Psoe, al que no importan nada las ideas, sinó tan sólo el poder como tan diafanamente se observa en distintas regiones, en la ciatada Cataluña por ejemplo defendiendo unas ideas y, ahora, en las Vascongadas fingiendo otras.

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Y para cambio el que nos acaba de presentar el Presidente, el de su Gobierno, quizá como un intento desesperado de salvarse de su propia crisis, porque el encuentro con Obama ha quedado diluido en las sonrisas diplomáticas que todo gobernante busca en su contacto con el exterior, y que Obama consigue, pero que no arregla los desastres de casa. Aquí, en casa, está la verdad. Y para enfrentarse a ella, Zapatero ha escogido, entre otros, al bachiller José Blanco, maestro, eso sí, en tergiversar la realidad y mentir con lo que el Ministerio de Fomento, desde ahora, será presentado como un dechado de eficacia., aunque sea deficitario en tantas cosas y más como anda la economía. Otro fichaje va a Cultura, ministerio importantísimo en su acción dentro de nuestras fronteras y cara al exterior para airear nuestros sin duda grandes valores. Manda a casa al que parecía un buen ministro y nos trae a una individua sospechosa por su triste actuación encabezando a los llamados artistas. La otra adquisición es Chaves que hasta ahora lo único que ha sabido hacer es ganar elección tras elección en su comunidad, lo que no es poco mérito después de tener anclada a Andalucía en la cola de las demás autonomías de España año tras año. Zapatero le trae para poner orden en el batiburrillo autonómico que sufrimos, que transforma la verdadera realidad española de unidad tal como es y como se la piensa fuera de nuestras fronteras, en 17 reinos de taifas por la actuación de unos políticos vividores y por eso, hay que decirlo, corruptos.

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Y llegado a este punto, observo la razón que tenía el poeta, es verdad, se hace camino al andar ¿Pero qué camino se hace si se va a tontas y a locas? Pues éste, el que ven que comenzó alardeando de buenas intenciones para escoger el adecuado y me ha llevado por traicionarme a mi mismo, hasta toparme, nada menos, con Pepiño Blanco, el lucense creo, que estudio
bachillerato en el Instituto de esa ciudad y con lo allí aprendido le hacen ministro. Eso si que es elegir bien el camino y no yo. Me queda, eso sí, la posibilidad del cambio. Ya sabemos lo que dijo el cardenal Newman, "vivir es cambiar". Ahora no tengo tiempo de hacerlo, pero en cuanto pueda prometo cambiar y el próximo camino que elija será el adecuado, sin Chaves, Blancos ni Zapateros. Ni tampoco Obamas que hay que descansar de todos. Así sea.