Las cosas y las ideas resultan según se tomen. No recuerdo quien fue el que dijo al comentar los viajes de Colón a América que "cuando se descubre una cosa así, lo discreto es callarse". No lo hicieron entonces, no se callaron, pero ahora este Gobierno que está en todo -pensaba yo- lo arregla celebrando por todo lo alto la independencia de las naciones americanas. Sólo así, uniendo las dos ideas, la del descubriento aireado y la celebración actual de esas independencias, comprendía (aunque me pareció un poco fuerte) la actitud de Zapatero: al fin España se libró de aquellas tierras y lo festejaba, ya que no se silenció su descubrimiento. Porque celebrar que aquellos países creados nos repudieran y nos echaran con cajas destempladas, no me cabía en la cabeza. Y, sin embargo, leyendo las reseñas de los periódicos del día siguiente, parece que es así, que hemos celebrado oficialmente el rechazo hispanoamericano ocurrido, más o menos, hace doscientos años. Hemos celebrado que el traidor Simón Bolivar, militar español, hijo de españoles, exclamara aquello de que "los españoles por el hecho de ser españoles son culpables siempre" y otras lindezas que están en la historia y que se destacan bien en las enseñanzas de los colegios de muchos de aquellos países, además del rechazo a los Pizarros y los Cortés y a toda nuestra obra.
Pero la cosa no queda ahí. La magnanimidad de nuestro Gobierno propone influir para que la relación de la Unión Europea y los países americanos se vea reforzada. No ha sido bastante con la eficaz labor de Francia a lo largo de esos doscientos años para desbancar los términos Hispanoamérica e Iberoamérica del lenguaje habitual y sustituirlos por Latinoamérica, (que ahí entra también ella) y que aquí se ha aceptado docilmente. Que le digan a Inglaterra que alguien pretende meter la nariz en su Commonwealth o a Francia en sus países francófonos y oiran la respuesta.
Una cosa es festejar la existencia de esos países hispanoamericanos y acrecentar por todos los medios que tengamos a mano la idea de una Hispanoamérica unida a nosotros, sus creadores y otra diluir más aún esa relación en un conjunto europeo en el que cada país sólo mira por sus intereses.
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Otra cosa, hoy día 14 tiene lugar en Madrid una manifestación organizada por los tres sindicatos, CC.OO. UGT y USO para "combatir la crisis"según explican. ¿Qué menos cabía esperar de esas organizaciones cuando los parados crecen y crecen y el hundimiento de tantas empresas asusta y hacen ver negro el futuro?. Todos esperabamos que al fin los sindicatos, los representantes y defensores de los trabajadores, tomaran cartas en el asunto y protestaran y exigieran que se hiciera algo positivo. ¿Pero a quien van a exigirlo, a los de su cuerda que además son los que mandan? No, hombre, no son tontos, hay que asegurarse el puesto. Que todos marchan unidos como, al fin, unos bien comidos y satisfechos de haber conseguido asegurarse el presente y, sin duda, el futuro. Pero como hay que demostrar "ideales" la protesta por tanto paro y tanta bancarrota aquí en España la lanzan ¿a quien que no los comprometa? pues a Europa sin ir más lejos. ¿Y por qué? pues, por ejemplo, para denunciar "la falta de liderazgo de la Comisión europea, cuyas iniciativas se está alejando de los ciudadanos"que suena muy bien.¡Qué buena idea! El caso es que no aparezca el Gobierno español como el responsable primero. Cándido Méndez, Ignacio Fernández Toxo y Julio Salazar que magonean los tres sindicatos bastante hacen con vestir como obreros y fingir proletariado. Se hace el paripé, se reunen, dicen, unos 50.000, sacan unas cuantas banderas republicanas y ya parece a los ojos de tanto bobalicón como hay que son unos inconformistas de mucho cuidado.
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Hay demasiado engaño en casi todo lo que es oficial y político en esta España que nos ha tocado vivir. Y la gente aguanta y hasta muchas veces se complace con los que gobiernan, esos señores (o lo que sean) que tienen garantizado el pleno empleo, ahora y en el futuro y que resisten y resisten sin el menos indicio de dignidad ni de patriotismo. ¿Nos hemos vuelto demasiado mansos los españoles? No éramos así en el pasado. La Historia nos lo cuenta. Pizarro, ya que le nombramos antes, digamos que con 18o infantes y 37 jinetes acabó con el imperio inca. Y Cortés creó una Nueva España. Y hasta en los momentos de mayor gloria, con Carlos V dominando el mundo, se alzaron los Comuneros castellanos para protestar de tantos esfuerzo como se les exigía. Ahora no; si hay que protestar contra los que mandan y mandan tan mal, el Gobierno en este caso, se echa mano de la mentira y el engaño y se protesta contra Europa, que los españoles de hoy lo aceptan todo.
¡Se queda uno con la boca abierta!.
martes, 12 de mayo de 2009
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