lunes, 15 de junio de 2009

EL SOCIALISMO EN LA UVI

Remontémonos un poco en el tiempo: ¿Qué ha sido de aquellas ideas socialistas, utópicas desde luego, pero que ya nos barruntaban el nacimiento de unos modos nuevos aunque casi al margen de la política que se vertían en obras de un Ramón Llull por ejemplo en su "Blanquerna" o de un Luis Vives o de un Tomás Moro con su "Utopía" y hasta de un Angel de Ganivet, del que también se aprovechó de alguna de sus ideas José Antonio Primo de Rivera? ¿Qué se hizo de Marx con el que ya el socialismo pasó de utópico a práctico y de doctrinal a político? ¿Qué se hizo de Pablo Iglesias que con el partido por él creado, el PSOE y sus Comisiones Obreras vio acrecentar el número de sus seguidores, gracias a las huelgas y los desórdenes que crearon? ¿Qué se hizo de ese partido que barbaridades -tantas- al margen, parecía que se identificaba hasta con algunos de los puntos del cristianismo? ¿Qué se hizo?

Ante tantas preguntas y contemplando el panorama español, a poco que se profundice en las ideas imperantes todavía en vigor, podemos asegurar que el socialismo auténtico desapareció, aunque haya miles de fervorosos seguidores repartidos por esos mundos. Desapareció al apatarse, como no podía ser menos, de su ortodoxia fracasada en todas partes y al prescindir, sobre todo, de las normas económicas que le caracterizaban y aceptar en el fondo y en la forma el libre mercado y las ideas liberales que le caracterizan.

Con eso ya no hay socialismo que valga. ¿Qué es entonces el PSOE? Pues un partido político que se nutre unicamente de ideas disolventes, que pretende destruir muchos de los cimientos que sostienen el orden social, pero sin presentar alternativa alguna de fuste como no sea la de atraerse a los grupos minoritarios, casi marginales que en su conjunto valen, le valen al PSOE para sumar votos que sostengan el tinglado que se han creado y que les mantiene en posiciones preponderantes.

Así es el Gobierno que sufre ahora España. Un Gobierno repleto de miembros anodinos y otros con un nivel intelectual aún anclado en la adolescencia, un hazmerreir para muchos, pero a la medida de Zapatero, el político más inepto como se está demostrando a pesar de ganar elecciones con sus mañas de trilero enbaucador. Un presidente que ha hecho bueno al anterior Gobierno del PSOE de los robos (Filesa y políticos encarcelados) y de los asesinatos (GAL). Este es nuestro Gobierno actual, el que hasta anteayer decía ver, mintiendo claro, que surgían ya brotes verdes, según él prometedores, pero que al día siguiente, al parecer, se agostaron con estos calores y nos confiesa que lo que está verdaderamente verde es el horizonte de la esperanza en un mejoramiento de las penurias que se sufren. Y nos anuncia la subida de los impuestos con el fin de sostener a los millones de parados siempre en aumento, incapaz de frenar tanta tragedia.

Este Gobierno que se beneficia de la inoperancia de unos sindicatos a los que controla gracias a los intereses mutuos y que parecen más sumisos incluso que aquellos sindicatos verticales que se cocinaron durante la Dictadura.

Menos mal que se ve alguna luz en algún rincón de España. En Galicia por ejemplo en la que independientemente de los fallos o de los aciertos del actual Gobierno autonómico, que de todo habrá, se están asentando de nuevo principios básicos esenciales pulverizados por los del PSOE. Tales los de la libertad lingüística y la transformación de las galoescolas formadoras de independentistas en escuelas públicas normales. Y quizá pueda ocurrir algo similar en las Vascongdas si no nos falla el Gobierno socialista sostenido y presionado por el PP. No así en Cataluña, donde los socialistas, vergonzosamente, siguen y consienten las bravuconadas de los separatistas a los que se han sometido con docilidad.

Estas posturas tan dispares por parte del PSOE según quienes sean los que les mantienen en el poder, proclama la falta de criterio y de ideales de nuestros socialistas, ahora en gran parte socialdemócratas, una tendencia descafeinada, que cuando se ven libres de presiones su acción política se torna autoritaria y se aprovechan del aplauso, magnificado por ellos mismos, de unas minorías casi marginales a las que alienta y contenta con ideas de un submundo que presume de progresista.

¿No cabe pues la esperanza? Acaso sí, ya que el resquebrajamiento de este tinglado malamente sostenido por ineptos y sin ideas ni ideales, debe de ser el preámbulo de un cambio esencial tan necesario. Además estamos viendo como la derecha en todas partes se enfrenta a la crisis, principal problema mundial, con agilidad y no tiene dificultad en utilizar dinero público para salvar empresas básicas ni para que el Estado controle la economías cuando lo crea necesario. Medidas todas que nos acercan a posiciones socialdemócratas porque en este caso conviene utilizarlas. Nada nuevo, pues, pueden aportar nuestros socialistas, ocupados como están en ocultar sus fallos y en minimizar sus fracaso electoral último. En fin en la política pequeña, casi de patio de vecindad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que resulta incomprensible es que una persona como Rodríguez Zapatero sea quien gobierne España. Es mentiroso e inepto como usted bien dice. Pero ha ganado dos elecciones. Esperemos por el bien de todos que no lo consiga a la tercera. A la tercera va la vencida, ojalá sea así.