A los que contamos ya con bastantes años que dicho sea de paso nunca parecen suficientes, la vida, esa que pasa como un suspiro, a veces doloroso todo hay que decirlo, nos ha enseñado que precisamente por esa su tan imprevisible condición, debemos contentarnos con el día a día, es decir, buscar jornada tras jornada y no más, lo alegre o al menos lo positivo que nos puedan ofrecer. Y en esas estoy. Pero miro al exterior a través de los ventanales que me abren los medios de comunicación y cuesta hallar algo grato. Las quinielas no tocan y ni siquiera la ONCE, tan ciega como su nombre indica, nos ve. Por otro lado, hoy se confirma que la luz (Endesa) se la lleva Italia.
En realidad, las líneas luminosas siempre han sido de ida y vuelta entre Italia y España. Muchas veces nos vino de allá. Nuestra presencia física durante siglos en aquella península, ahondó la comunicación. Pero es que la luz que ahora organizarán desde Italia es de la que da calambre, la que trae la corriente eléctrica, con lo quedaremos nosotros los españoles más dependientes aún del exterior. Ya a la Eléctrica de Viesgo, la que alumbra mi tierra, se la zamparon los alemanes. Y así vamos.
Prosiguimos, pues, en pos de algo grato y ni por esas. Un diario británico pronosticaba ayer "el fin de la fiesta en España". Se refería a la economía. Días pasados se habló de que nuestra industria aeronáutica podría pasar a Francia como un pago a Sarkozi por la silla que cedió a ZP en la reunión en Washington de los G-20, eso sí sin bandera que indicara nuestra presencia. Todo ello me hace retroceder con el recuerdo a nuestros "negocios" con Francia a través de la Historia y veo que nunca nos fueron provechosos a pesar de lo que aireaban los "progresistas" de cada momento, los afrancesados por ejemplo. Precisamente vimos hace unos meses con ocasión del cumplimiento de los doscientos años del "2 de Mayo" a varios "intelectuales", políticos, algunos del Gobierno y otros personajes por el estilo, celebrar más las ideas que nacieron con la Revolución Francesa, que lamentar la invasión y las atrocidades que los franceses cometieron y de las que fuimos víctimas. Incluso se llegó a decir, que si hubiera proseguido en el trono de España José Bonaparte, "Pepe Botella", otro gallo nos hubiera cantado a los españoles. Con lo que se corrobora que la ignorancia sigue siendo muy atrevida y más cuando se une a la mala intención. Vean: en la Biblioteca Nacional se guarda una valiosísima colección de manuscritos que van desde las Partidas, por ejemplo, hasta nuestros días. En esa colección aparece la lista, manuscrita también, de los tesoros que el gobierno de José Bonaparte iba recogiendo para trasladarlos a Francia o para premiar a sus generales, con lo que se comprueba que el "Pepe Botella" a parte de darle al frasco o no como algunos señalan, sí le daba a la rapiña y al desprecio de los españoles. Y algunos, tan bobalicones, veían y aún ven provecho en esa relación hispano-francesa.
Llegados a este punto con la Historia tan larga entre manos, dejaremos para otro momento la recogida de más "negocios" por el estilo con nuestros vecinos. Y en vista de que no divisamos nada que nos alegre la jornada, cerraremos esta ventana al mundo exterior, mientras lamentamos que personajes tan valiosos como Manuel Pizarro que precisamente dejó Endesa, la que ahora cae en otras manos, no tome o no le dejen tomar parte más activa en la política que es su nueva ocupación. Con los aciertos de que es capaz demostrados hace un año cuando predijo casi punto por punto, las calamidades económicas que ahora sufrimos sí podría brindarnos alguna esperanza. Ahora augura los apuros que se le avecinan a la Seguridad Social. Que Dios asista a los jubilados.
Mientras, cerrada como dije la ventana al exterior, me retiro conmigo mismo muy contento por haberme conocido. ¡Qué remedio!
sábado, 21 de febrero de 2009
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