martes, 26 de abril de 2011

GIBRALTAR Y EL CAIMÁN

Que los más viejos del lugar que la conocerán canten conmigo: "A mi patria le robaron/ tierra inmensa del Peñón / y sus rocas sollozaron/ al amparo de un extraño pabellón". Esto es verdad, es la Historia conocida por todos quiero creer. Los ingleses se quedaron con Gibraltar aprovechando las circunstancias y dando, una vez más, ejemplo de la catadura de su Monarquía. Ya hablé de esto antes.

Esas estrofas entrecomilladas corresponden a una canción que se cantaba en mi niñez y que a muchos llenaba de coraje patriótico. Luego continuaba la canción con lo que era, sobre todo, un deseo, un sueño dadas las circunstancias; decía así: "Pero suenan los clarines / que si en Rusia ya triunfó mi División / no es bastante nuestra hazaña/ si es inglesa la bandera del Peñón."

Y no, no fue bastante nuestra hazaña y ahí queda la realidad de ese Peñón -"tierra inmensa"- como una deseo pendiente para muchos. Era 1704 cuando lo arrebataron los ingleses con martingalas inconfesables, pero que todos entendieron y en 1713 se confirmó esa robo con el tratado de Utrecht. Ese tratado que nos trajo a Felipe V, pero nos obligó a ceder entre otros poderíos hasta Menorca, aunque luego, se pudo reconquistar. En fin, y con el tiempo, (Castiella entre medias con sus esfuerzos fallidos como representante máximo de la reivindicación de tantos años, siglos), para desembocar al final, a la hora de ahora, en esa desgracia nacional de nombre Zapatero que con su sonrisa circunfleja ya convertida en mueca, la extendiera hasta la Roca, lo que dio pie los servidores de la Pérfida por antonomasia para que se crecieran y hasta se atrevan ya a incordiar a nuestros guardias civiles que vigilan el estrecho, impidiéndoles, en parte, cumplir con su misión, al menos de forma conveniente.

--De que cosas nos habla Vd. con la que está cayendo.

Pues por todo eso que nos cae encima he buscado cobijo en aquellos tiempos.

--¿Tan felices eran?

No, pero sí en ciertos aspectos muy concretos, ilusionantes, que de ilusiones también se vive. Quizá, si bien se mira, sobre todo de ilusiones. Ahora, brujuleando mucho, acaso tan solo pueda encontrarse alguna si pensamos en la sin duda no muy lejana marcha de esa calamidad de gobernante que nos ha tocado en desgracia que hasta la posición de España en el tema de Gibraltar empeoró. Que se vaya de una vez ya que el pueblo español en una votación casi referendum, ha manifestado tan claramente ese deseo.

Mientras llega ese feliz día, y ya que comenzamos con una canción, acabemos con otra; una que Franco prohibió porque creía que estaba dedicada a él. Yo, ahora se la dedico a Zapatero con mi más profundo deseo de que se cumpla pronto. Cantemos: "Se va el caimán / se va el caimán /se va para Barranquilla", etc. etc.

Caimán, según el diccionario es "nombre común de varias especies de reptiles", lo que le sienta al pelo al interfecto. En su segunda acepción nos dice que caimán es "persona que con astucia y disimulo procura salir con sus intentos", lo que le retrata.

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