sábado, 19 de junio de 2010

LA TREGUA

Visto el panorama actual, la memoria me llevó en un retroceso ultrarrápido diez u once siglos atrás. Me pasa muchas veces esto del retroceso memorístico, tendré que consultarlo. Pero ahora les cuento: existió en la Edad Media un movimiento que se llamó "Tregua de Dios" que en el fondo sólo buscaba un poco de descanso en la lucha constante entre los poderes fácticos de entonces, los nobles para entendernos, pero que afectaba a todos, al pueblo llano, a los campesinos, mercaderes, peregrinos, clérigos y hasta ahí podíamos llegar, con la Iglesia hemos topado. Enseguida se organizaron una serie de concilios que reglamentaron los días de descanso, la duración de los asaltos en fin, con la excomunión como arma o sanción arbitral más efectiva. Así, las peleas debían pararse los días marcados, dos días semanales al principio, luego tres o cuatro fijados con toda exatitud, exactamente de miércoles por la tarde al lunes por la mañana en que comenzaba el siguiente asalto y otra vez se permitía desempolvar las cimitarras y asentar los mandobles convenientes al contrincante de turno.

Este control en la lucha casi fracticida tan abundante en Europa se extendió por casi todo el continente. En Castilla tuvo menos aceptación. Aquí la guerra era contra el infiel invasor y los nobles no tenían tanto tiempo para manifestar sus rivalidades mutuas. Además el pueblo llano era tan necesario que, hasta cierto punto, había que cuidarlo porque se le necesitaba para la lucha y la repoblación de las tierras que se iban reconquistando.

¿Y esto que tiene que ver con nosotros ahora? ¿Quiere que se implante aquí una "Tregua de Dios"?. Pues sí, de Dios sería conveniente, aunque con esto del laicismo, habría que buscar otro admonitor ¿quizá Pablo Iglesias? Aunque este señor tuvo varios fallos, uno muy actual con su UGT que le ha salido colaboracionista. En fin, una tregua al menos de buena voluntad que dure algún tiempo entre los partidos políticos, que con sus pendencias insustanciales y archirrepetidas, con su lucha, tanto cansa y desgasta a los sufridos ciudadanos. Ya sé que ahora no se desempolvan las cimitarras y que los mandobles sólo son dialécticos, pero el desgaste y la inoperancia es tan manifiesta que unos días a la semana de tregua, servirían de descanso al personal y quizá podrían utilizarse para que todos se sosegaran un tanto y diera tiempo para el advenimiento de nuevas ideas que aclararan el ambiente. De miércoles por la tarde a lunes por la mañana, como en el siglo XI, ahora que llega el verano y bien nos merecemos algo de descanso y de disfrute. ¿Se imaginan los periódicos mañaneros sin la foto de un Zapatero ya desgastado, ni de un Pepiño acusador, ni de unos dolores de Cospedal que tanto afectan?. Claro que quizá se correría un peligro quizá mayor con esto del veraneo y la tregua ¿se acuerdan de unas fotos del año pasado en las que aparecía paseando por la orilla de una playa, la flaca Fernández en biquini, con sus huesos al aire rematados con el correspondiente plumero de siempre en la cabeza? Les confieso, pensándolo mejor que casi prefiero desayunarme con los dolores de Cospedal, ¡qué le vamos a hacer que no haya tregua pues!.

No hay comentarios: