domingo, 27 de junio de 2010

LA CEJA

Los de la Ceja, artistas dicen, actores mejor porque se dedican a representar bien en el teatro, en el plató y sobre todo en la vida encarnando el papel que los distingue, la ceja de Zapatero que ya son ganas. Si fueran más interesantes ellos y sus obras, casi se nos incrustarían a los demás entre ceja y ceja, aunque por su escaso nivel, ni eso consiguen. Con apoyar a un político como el presidente se retratan, gente de poca monta al fin.

Ahora alguno de ellos parece que quiere hacer una película sobre no sé qué víctimas de la dictadura de Franco que las hubo y no pocas. Los de mi quinta, los que no se vieran afectados por la dureza franquista, apenas nos enterabamos de tanta injusticia. Bien se encargaba el régimen de no dar publicidad a sus hechos condenables.

Sin embargo, yo, por habérseme amontonado más que los años, los lustros, sí tengo constancia de hechos tan rechazables como los del franquismo debidos a la gran tragedia que nos llegó con el advenimiento del Frente Popular con el que la España soñada de los republicanos quedó hecha añicos, mientras el odio y la injusticia se desataban con su revolución recién implantada, la frentepopulista. Pero de esto los de la ceja no dicen nada.

Un caso que puede parecer incomprensible entre otros muchos, el de una persona que ya en el año veintinueve se unió al movimiento de Ortega, Ayala y Marañón entre otros intelectuales, denominado "Al servicio de la República" y que tuvo una actuación muy destacada por sus constantes escritos en la prensa de toda España y que luego, cuando Ortega dio la espalda a tanto fracaso, siguió en la política, entonces ya en el Partido Agrario Español, el de Mertínez de Velasco, de clara tendencia derechista. Cuando el Frente Popular se estableció y el desorden y la revancha se hizo norma, este periodista, republicano notorio, tuvo que desparecer de su domicilio y hasta ocultarse tras disfraces de aire proletario, buzo, boina y alpargatas, para escapar de la labor de los temibles comisarios, perseguidores de los clasificados como "enemigos del pueblo". Un republicano activo que sólo se vió liberado cuando las tropas de Franco entraron en la ciudad.

Los de la Ceja se han quedado atascados con Franco, no pueden ver más atrás y llegar al motivo de tantas desgracias que entristecieron a derecha e izquierda, a España entera. Zapatero, su mentor tan destructor, acabará, aplaudido por esta gentecilla, con la calificada de transición modélica y si Dios no lo remedia
con nuestro bienestar. Ya algunos se atreven sin miedo a críticas y sospechas, a ponderar ciertas conquistas de la "oprobiosa", por ejemplo el robustecimiento y aumento de la llamada clase media, gracias al crecimiento económico visible ya a partir de los años sesenta. Un grupo de población, esta clase media ahora sufriente, tan necesario para el estableciento y buena marcha de una democracia digna. Pero cabe preguntarse ¿es digna nuestra democracia?.

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