--Oiga, yo veo poesía en un paisaje
--Yo en una música que me eleva y hasta me emociona.
--Yo la veo en la armonía de una pintura.
Oido lo cual me pregunto: ¿qué es la poesía que se la puede encontrar en tantos sitios? ¿Alguien me la podrá definir? La poesía se siente, se disfruta, pero va a pasar con ella, mal comparada, como con la electricidad (permítaseme tan grosera comparación, pero la electricidad es también, en el fondo, una desconocida con la que convivimos). Ya sé que se produce juntando electrones y protones. Es decir, sabemos producirla, pero ¿qué es? Lo más que decimos de ella es que se trata de una corriente. Y de la poesía tan valorada tan admirada, tan reconocida, únicamente que se trata de una expresión artística.
Ante tal vacío, me voy como hago tantas veces a los griegos, a los antiguos, claro. Pero ni siquiera Aristoteles me saca de dudas. Se limita a decir que la poesía para él "es una imitación bella de la Naturaleza"con lo que me deja como estaba. Entonces me voy a Platón, su maestro, quien unicamente explica, más o menos, que todo el que no esté agitado por el delirio que viene de las Musas que se abstenga de intentar nada poético y que se dedique a otra cosa.
Visto lo cual me largo a un campo más limitado para seguir con las pesquisas porque aceptamos que la poesía se ha identificado sobre todo con el verso, como si fuera necesario versificar para llegar a la poesía. Bien es verdad que el ritmo y la rima de los buenos versos acrecienta y nos acerca más al "delirio" de lo poético que señalaba Platón.
Nuestro marqués de Santillana -sigamos indagando- decía que la poesía es "un fingimiento de cosas útiles, é veladas con muy fermosa cobertura, compuestas, distinguidas, escondidas, por cierto cuento, peso é medida..." lo que nos sigue dejando en blanco, porque con todos esos elementos, en tantas ocasiones, no se alcanza gran nivel poético. Menéndez Pelayo es un ejemplo de perfección y de ausencia de poesía. Fray Luis de León en cambio, sí consigue elevarnos usando de la sencillez junto con la sonoridad del mejor idioma: "Del monte en la ladera/por mi mano plantado tengo un huerto/ que con la primavera/de bella flor cubierto/ya muestra en esperanza el fruto cierto".
Unamuno, el vasco que tanto se identificaba con su Patria grande, como debe ser, no siempre alcanza la altura suficiente desde el punto de vista poético, sí en tantos otros órdenes. Por ejemplo, cuando juega con la sonoridad del idioma y se olvida de otros detalles: "Avila, Málaga, Cáceres/Játiva Mérida, Córdoba/Ciudad Rodigo, Sepúlveda/Úbeda Arévalo, Frómista..." Puede parecer un itinerario ofrecido por Viajes Mélia, dicha sea esta ocurrencia sin ánimo de ofender a don Miguel. Sé que con esto no trataba de despertar ninguna emoción especial, sinó tan sólo alcanzar un clima musical con la fonética del español.
Otros, naturalmente, tantos, sí nos acercan esa emoción. Sus nombres están en la mente de todos, pero ninguno nos cuenta qué es en realidad la poesía. Nos la brindan que ya es bastante. Como pasa con la electricidad, ya dije y vuelvo a pedir disculpas por compararlas.
Llegado aquí, cuando me dispongo a buscar otra manifestación artística que me ofrezca alguna luz, distingo sí una lucecita que no es eléctrica precisamente y hacia ella voy. Alumbra esa luz a un romántico, a un maestro de románticos que me lo explica todo con lo que comprendo, por fin, qué es la poesía. Lo tenía escrito este romántico y dice así: "Qué es poesía dices/mientras clavas en mi pupila tu pupila azul/¿qué es poesía?/y tu me lo preguntas/poesía eres tu".
Y me voy tranquilo.
( Lo de la electricidad para otro día)
2 comentarios:
Hoy leo que en 30 años y a pesar de los enorms esfuerzos que realiza O'shea, no habrá público que acuda a los conciertos de música clásica.
Creo que ya noy hay lectores que lean poesía, con lo cual tal dilema debe plantearse como
¿qué era la poesía?
Esperemos que no sea tanto. Esto de la poesía depende entre otras cosas, de la sensibilidad. No sé como andamos ahora de sensibilidades. Quizá la baja, por lo menos para esto de la poesía; pero siempre queda el refugio de la propia intimidad. En ella nos refugiaremos si no queda otro remedio y seguiremos disfrutando y procurando mantenerla como un bien escaso y quizá en vías de estinción.
Pero mira, el urogallo se está acabando desded que tengo uso de razón, sin embargo ahí sigue aunque sean poco los ejemplares que existen.
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