Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. La frase es ya popular. Adelantan, sí y a veces retroceden, dan marcha atrás como parece que pasa ahora con eso del "big-bang" con el que se aseguraba que vino la luz como un paso más de la creación. Dicen que no hubo tal explosión, pero lo que resulta patente es que sí llegó la luz, a la vista está. Yo escribí hace unos meses aquí en esta Horadada silenciosa, algo así como lo cercano que resulta lo descubierto poco a poco por medio de los estudios científicos, y la Creación que nos narra el Genésis con su sencillez no exenta de poesía. Hay coincidencias. Un sólo ejemplo, el Génesis nos cuenta que llegó el segundo día, el segundo paso de la Creación "e hizo Dios la bóveda" que la llamó cielo. La Ciencia nos habla de un enfriaminto y que por condensación se formaron la galaxias y las estrellas, es decir, el universo, el cielo que vemos.
De todo esto trataba yo en aquel artículo del 4 de mayo de 2009. También me paraba entonces en otras coincidencias bíblicas con las históricas científicamnente comprobadas: el Diluvio, el paso del mar Rojo y la separación de sus aguas y alguna más creo recordar. Pero es que ahora me he topado con otra coincidencia mayor. No sé hasta donde ha llegado la comprobación de lo que se afirma tajantemente por parte de numerosos científicos. Pero vayamos por sus pasos contados. Por lo visto todo empezó al estudiar el ADN de un tataranieto de Darwin, el autor de "El origen de las especies" y comprobar que los antepasados del naturalista inglés "emigraron del nordeste de África hacia el norte o hacia el Oriente Medio y posteriormente se trasladaron a Europa".
Parece ser "que una parte del cromosoma de cada hombre contiene una información genética exacta a la del padre" y siguiendo el marcador genético desde la actualidad hasta el origen se puede determinar cuál es el antecesor común de todos los hombres vivos. Esto lo aseguran los especialistas del ancho mundo que bajo la dirección del National Geographic y de IBM por lo visto, han llegado a esta conclusión que resulta sorprendente si se acepta, como parece, ese origen único de todos los hombres. Y afinan más en sus apreciaciones: según los numerosos especialistas, "la Humanidad desciende de un mismo antepasado africano que vivió hace 60.000 años". ¿Adán?. Una vez más la Ciencia se acerca a la tradición recogida por inexpertos en el Libro que atesora las creencias.
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad y nos demuestran lo que ya sabiamos. Qué bien.
sábado, 13 de febrero de 2010
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