sábado, 15 de mayo de 2010

LOS FRENTES Y LAS URNAS

Observaba yo atónito como un grupo de gente, gentecilla posiblemente, jaleaba, besaba y abrazaba al hasta ahora juez Garzón una vez que el Tribunal Supremo le había imposibilitado para esa función durante un tiempo en espera de ser juzgado. Naturalmente en esas demostraciones histéricas y equivocadas ondeaba la bandera republicana, lo que retrata a todos ellos. En fin, parece ser que esas demostraciones de apoyo al llamado juez estrella comenzaron al figurar la Falange como uno de los demandantes, lo que no les otorga a esa gentecilla ninguna razón para tales extremos, al fin y al cabo sabemos que la Falange es un partido político legal que además y vista su pequeñez a nadie hace daño.

Con todo esto y dada la larga historia personal que uno lleva consigo, pude trasladarme a otros tiempos y recordarlos, tiempos en que viví otras intransigencias. Y pude revivirlas, modos y maneras tan distantes y tan parecidas a la vez. ¿Saben ustedes como se celebró un Primero de Mayo allá por mil novecientos cincuenta y tantos? Pues bailando que no es mal ejercicio. Presenciamos la actuación de unos Coros y Danzas de la Sección de Femenina que mostraron todo su arte (que lo tenían) en el estadio de Chamartín que así llamaban entonces el campo de futbol del Real Madrid. Y se matizaba la celebración aquella con todo detalle: había que eludir la denominación de Día del Obrero, incluso del Trabajo, y se tendía sin mucho éxito es la verdad, a denominarlo Día de San José Obrero, al fin y al cabo un carpintero que, acaso, tendría también reivindicaciones que hacer.

Pobre San José, poco éxito iban a tener sus supuestas reivindicaciones en aquellos años cincuenta o en los actuales en que tambien sufrimos a unos sindicatos prácticamente tan verticales como aquellos, supeditados a la política como están y que tan caros nos cuestan, dicho sea de paso.

Y ya puestos, seguí viviendo aquel pasado remontádome otros diez o doce años más atrás, con lo que me topé con aquel Frente de Juventudes que enseñaba a los niños a ir "por el Imperio hacia Dios". Y como daba la casualidad de que ya no había imperio al que agarrarse, para poder llegar a tan alto destino, por fuerza, había que buscar un camino diferente.

También se hablaba entonces de rosas y de estrellas, todo poético e ilusionante, lo que contrastaba con el nombre de Frente que lleva la mente a pensar en oposición y pugna con algo. En fin, es una manía, hay que ser rebelde aunque no haya causa, enfrentarse a algo. Por eso han nacido tantos frentes políticos y sociales, que casi nunca han conseguido nada más que crear más problemas y sufrimientos la mayor de las veces.

Ocupémonos de uno al que siempre le tuve ganas, del Frente Popular que según denunció Salvador de Madariaga, ministro de esa república, fue, con su auténtica revolución, el culpable del levantamiento militar que nos arrastró a la Dictadura. Socialistas y comunistas unidos (marxismo al fin y Stalin en la mente) para ganar a la derecha vencedora de las anteriores elecciones. Sangre, sudor y lágrimas a raudales desde el advenimiento de ese Frente (¡ay Carrillo y otros de la misma ralea¡). La guerra, la depuración, la postguerra y la normalidad alejándose. Ahora un inciso, díganme ¿ha vuelto ya, acaso?.

Los frentes, pocos han conseguido arreglar los problemas a los que decían enfrentarse. Hhagamos memoria, recordemos algunos, tres recuerdo: el Frente de Liberación de Mozambique, el FRELIMO por ejemplo, fundado en 1962, que si consiguió la independencia del país no fue por su acción, sinó por los cambios políticos habidos en Portugal, pero que con sus ideas tan de izquierdas, ha conseguido sepultar a los mozambiqueños en la más absoluta pobreza. A 65 dólares alcanza la renta per cápita de sus habitantes. Otro frente, el de Farabundo Martí, salvadoreño, que desde 1980 con su guerrilla, asoló el ya desolado país, hasta que en 1994 consiguió convertirse en un partido legal con lo que ya pueden sus gerifaltes vivir del cuento. Otro más, el Frente Polisario que aunque sí parece que puede tener una razón poderosa por su lógico enfrentamiento con Marruecos, y a pesar de haber creado con ayuda de Argelia, la República Arabe Saharaui Democrática, poco parece que pueda conseguir. Existen intereses foráneos para tener a ese frente casi en estado vegetativo.

Hay más frentes sin duda, algunos sin ese nombre, pero que suelen revestirse con el disfraz de la revolución de no se sabe qué. Sirven para poco dijimos, sólo para aumentar el recelo la mayor parte de las veces. Así que, llegados a esta conclusión y observada esa gentecilla que besuqueaba al juez estrella (eclipsada por ahora), no cabe más que la resignación al ver a tanto indocumentado ondear la bandera del fracaso. "No es eso, no es eso" que dijo Ortega, adalid que fue de aquella república.

Los dejamos y no formaremos ningún frente contra ellos, ni eso merecen. Así que, gracias a Dios, nos quedamos sin frente alguno.

--¿Está Vd. seguro?.

--Hombre esperemos que sí. Ya sé que nos asusta la que podemos calificar de situación real del país, la que vivimos, la que sufrimos, que además puede traer consecuencias inimaginables. Exactamente las que provoca ese autoritario e incapaz presidente que sin rumbo y con unas medidas seguramente insuficientes o equivocadas y recogidas al dictado, nos empobrecerá a todos. Pero para librarnos de lo que pueda llegar, no se necesita un frente clásico y llamativo que entone un tatachín de proclamas y consignas, sino tan sólo un llamamiento a la buena conciencia y a la razón de los que rodean y aplauden a ese tan mal gobernante de nombre Zapatero que ni a alpargatero llega, porque deben comprender que su ciclo acabó sin dar nigún fruto y agotado a ojos vistas...

En fin, lo que sí podemos hacer es preguntarnos si España será capaz de reaccionar. En democracia sí cabe la reacción que necesitamos, la que se hace con orden y con las urnas.

Pues veamos que dijo un ciego. En estos temas, yo.

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