domingo, 29 de junio de 2008

EL PSOE CULPABLE SIEMPRE

Mi barrio es mío y por él camino. Es un barrio solitario, per0, a pesar de ello, me llegan a veces voces o ecos mezclados con la brisa. No todos esos ecos o voces cargadas de razones como vienen las considero acertadas, algunas son peregrinas, otras risibles por peregrinas, otras apresuradas. Me refiero ahora únicamente a los temas políticos que siempre son opinables y por ello tan proclives al error.

Por ejemplo, al considerar la actuación del Psoe en esta etapa del gobierno y en la anterior, no parece razonable ni justo, enumerar tres, cuatro o más aciertos siempre relativos quizá y a menudo escasos de contenido, para conceder a ese Gobierno la más mínima sonrisa de aprobación. Sobre todo cuando en lo esencial ha resultado y resulta tan negativo y perjudicial para el conjunto del país en la actualidad y, si Dios no lo remedia, en el futuro.

Piensen en una casa en la que se ha adornado el pasillo con un cuadrito muy mono, mientras se agrieta voluntariamnte la viga maestra, a la vez que se repara un picaporte averiado y se debilitan los cimientos poniendo en peligro la verticalidad de la edificación. Eso ha hecho el Psoe con España. Resulta peregrino sí, no ya valorar sino tan solo enumerar el arreglo del picaporte y la colocación del cuadrito, mientras el peligro de desmoronamiento no únicamente se consiente sinó que se fomenta.

No hay que aclarar nada, a la vista está en tantas autonomías el fermento, ya florecido de alguna forma, de la desintegración y la llegada del pestilente tufillo de los reinos de taifas.

Frente a esto, el PP en la legislatura pasada mostraba su oposición cerrada, obligación suya ineludible, que reflejaba, divinamente, el enfado, el susto y la ira de los españoles.

Por eso ahora, en los días actuales, el cambio aparente de talante de ese partido opositor, el PP, sorprende a muchos y hace temer una apertura condescendiente con lo que han llamado -Rajoy sobre todo- el cambio de los tiempos, como si los cuatro años que dura una legislatura fuera toda una era.

Arenas, el pepero andaluz, en unas manifestaciones recientes, nos acercó el susto de la sospecha al expresar, sin duda inconscientemente, su idea profunda revestida del nuevo talante ante la idea de España. "Rajoy quiere -dijo Arenas- una Andalucía fuerte en España". ¿Donde si no se pregunta uno ante el peligro de unas traidoras arenas que quieren convertir en movedizas también en esa región?

En fin, esperemos a los acontecimientos y ojalá que el PP nuevo de Rajoy se preocupe, sí, de la economía como anuncia, cuya crisis provocará sólo un dolor pasajero sin duda, pero que continue mostrándose intransigente en lo esencial para poder seguirle y votarle por considerarlo nuestra voz. Amén.

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