martes, 10 de junio de 2008

LLAMAZAR ES MÁS QUE UN TERRENO PANTANOSO

El otro día comenté algo, menos de lo que se merece, de un tal Anasagasti. Hoy me da la vena de referirme a otro. A uno que parece un ser indeciso: no sabe si dejarse la barba o afeitarse y en eso está. En eso y en hablar de democracia siendo comunista y en reivindicar la república.

Ya sabrán a quien me refiero, a LLamazares, ese hombre bajito que lidera todavía un partido escaso en número y también en altura de miras. Sí, él se dice demócrata añorando a Castro, el de la Cuba irredenta donde se formó (es un decir) y aseguró hace algún tiempo, con la autoridad que tan pocos le reconocen excepto acaso el rojo de Zapatero (así se definió él mismo) que "es la hora de reivindicar" la tercera república para que este país (suele evitar decir España) "avance en justicia social y democracia".

Fijémonos en la verdad de la llamada II República que es la que añoran ellos y los olvidadizos o los tontos mal informados o mal intencionados o los reivindicativos, esos que callan, por ejemplo, aquellos "paseos" sin retorno que ordenba cualquier comisario político elegido entre lo peor de cada casa, junto a otros muchos crímenes impunemente cometidos; esos que añoran los tiempos en que las grandes fotografías de Lenin, Stalin y Marx presidían la capital de España, nada menos que desde la Puerta de Alcalá; esos que añoran a los que, según escribió el buen republicano y ministro entre otras importantes cosas, Salvador de Madariaga, culminaron la revolución con el Frente Popular y que como reacción, sigue Madariaga, provocó el levantamiento militar. Esos, en fin, que desean volver a esa república de tan triste recuerdo o a otra similar, sabiendo que sus justas reivindicaciones -que las tuvo- están ampliamente cumplidas y asimiladas.

Llamazares según el Espasa significa terrenos pantanosos, es decir, siguiendo a este diccionario, "donde abundan los cenagales", "lleno de invconvenientes y dificultades".

Señor coordinador general, no haga honor a su apellido y al menos sea veraz y tenga en cuenta que aunque ahora se pontifique que hay que respetar todas las ideas, yo le aseguro que todas no son respetables, la suya por ejemplo.

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