miércoles, 25 de junio de 2008

¡QUÉ CRUZ! NI ESTO NI AQUELLO

Qué gusto, me he animado a criticar otra vez a los socialistas, a los separatistas de siempre en España y tanto cretino que anda suelto y se llaman progresistas con sólo marcha atrás, es decir, que lo que hacen únicamente es recular. Ellos nos falsifican la Historia con lo que la memoria colectiva de nuestro país, en unos años, será otra. Los unos, los separatistas, se inventan una historia de España que avale el chantaje que pretenden perpetrar al resto de los españoles. Y los otros, los socialistas que forman el Gobierno de la nación y los políticos que pululan alrededor, haciéndose los sordos ante tanto peligro o tergiversando también nuestro pasado con interpretaciones erróneas con que arropar sus ideas corrosivas trasnochadas.

Y que conste que con esto que digo no me lanzo de cabeza al optimismo de un hiperliberalismo que deja a tantos fuera de juego, con la única oportunidad de ceder ante tanto empuje y resignarse a la voluntad de dos o tres que mangonean el cotarro, consiguiendo que nuestra vida se vea continuamente ante el peligro de una especie de ley de la selva, en la que el fuerte, en este caso el capitalista y sólo él, decida y mangonee. Esto ha llevado o está llevando a la llamada globalización, un nuevo y presumible auténtico mal de nuestra época. Porque globalizar es tanto, en este caso, como dominar. El adjetivo global, se aplica cuando se ha tomado alguna cosa en su conjunto. En este caso el capitalismo exagerado que nos toma, nos domina a todos.

Oiga, parece usted rojo, dirán muchos. Pues no, no soy rojo como tampoco lo fue el papa Juan Pablo II que condenó, como se sabe, al comunismo y coadyuvó a su desaparición como fórmula económica y social que él sufrió. Pero también condenó el capitalismo salvaje, lo mismo que nuestro actual papa Benedicto XVI, una cosa que no se pregona demasiado, sencillamente porque no interesa.

A mi me hace gracia o me entristecería si me pusiera serio (que no lo voy a hacer) al ver como el capitalismo (sistema económico que, en principio y con ciertas condiciones, acepto por lo que tiene de liberar) acude al adjetivo salvaje, únicamente para poder hablar, como contraste, de un, digamos, capitalismo justo sin indicarnos donde está la frontera entre ambos, mientras el sufrido ciudadano de a pie casi no puede diferenciarlos, a la vez que sufre a tantos capitalistas que se aprovechan de los beneficios y de los ventajosos monopolios que consiguen.

Ya sé que el capitalismo ha hecho progresar a los países; pero también sé que, sin duda, ha impedido progresar a otros. Frente a esto y como solución nace el socialismo ¡hay madre! y lo pone peor porque nos lleva a todos a la bancarrota, coarta la voluntad y el coraje de los individuos que tienen empuje, critica la injusticia social inherente al sistema capitalista, mientras propone un sociedad sin clases, es decir, quiere hacernos a todos pobres mendicantes, planifica la economía a escala nacional y no nos deja levantar cabeza. Todo mientras acepta como su inspiración o biblia a un marxismo al menos teórico que al desaparecer practicamente, al menos en los países desarrollados, la masa proletaria, hace imposible pretender su dictadura. Por ello abandona la lucha por implantar su sistema económico fracasado y se dedica, como ahora en España, a combatir la moral tradicional, negar la Historia, combatir a la familia y reivindicar lo que nunca supieron conseguir limpiamente.

¿No hay entonces salvación? ¡Ay, Dios mío! ¿Cómo será el futuro si además pensamos en otros peligros, por ejemplo, el cambio climático, el matrimonio homosexual y su derecho a adoptar niños, la sonrisa de Zapatero, el perfil de Pepe Blanco y el bigote de Carod-Rovira entre otros males? Yo me meto en la cama y no me levanto. Vean el futuro:

ANTE LO INCOGNITO
Se adentró la noche en mi
y llegó la tiniebla tan adentro y tan espesa,
que sólo contaba con la referencia de unos ojos
abriéndose en la penumbra exterior, tan difícil de interpretar.

Por eso, como un neandertal en su cueva
únicamente deseaba un cobijo ante la incertidumbre de lo desconocido
que, sin duda, estaba por llegar.

Lo desconocido que está por llegar. Eso entra dentro de lo misterioso, lo que no es accesible para nosotros que sólo disponemos del pasado. Esto sí que es pesimismo. Pero para vencerle, enfoquemos el tema de otra manera, pues al fin y al cabo, lo de cambiar de enfoque no deja de ser divertido, casi un juego. Por ejemplo, quitando de nuestra vista al Carod, al Pepiño y hasta la sonrisa circunfleja -como sus cejas- de Zapatero. Pero sin fiarse que el tiempo es taimado y nos traiciona. Estemos atentos y si es verdad que la vida es lucha como antes se decía, luchemos como única forma de alcanzar la victoria.

(Una pregunta para los más viejos: ¿a qué les suena estas últimas frases?
La solución máñana).
Mas mientras llega, piensen, contando esta última, en las tres posturas esbozadas, ninguna cómoda para todos. Yo viví las tres.

1 comentario:

Cami dijo...

Rico en experiencias al menos.
¿La Falange? por ejemplo.
Apoyo la moción de luchar en cualquiera de sus formas. ¿Por qué aceptar la dictadura que democraticamente nos imponen unos ganapanes indocumentados?